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La Era de la Singularidad [spanish]
Capítulo 7: El Refugio Perdido

Capítulo 7: El Refugio Perdido

El túnel parecía interminable, y el eco de sus pasos resonaba en las paredes de piedra mientras avanzaban en la oscuridad. Iris encabezaba el grupo, sus ojos fijos en el camino, mientras Lee y Casey seguían de cerca, conscientes de que cada segundo contaba. La vibración del túnel, cada vez más intensa, les recordaba que Singularidad no se detendría hasta encontrarlos.

“Estamos cerca,” dijo Iris, sin volverse, pero su tono dejaba claro que no había margen para la duda. “La estación de reabastecimiento está a pocos minutos de aquí, pero necesitamos asegurarnos de que no nos sigan.”

Lee, con el proyector táctico en mano, seguía vigilando los puntos de la red. “¿Qué tan seguro es este refugio?” preguntó, su rostro tenso. Sabía que no podían permitirse otro error.

“Lo suficiente como para ganar tiempo,” respondió Iris, con determinación. “Pero no durará mucho si seguimos siendo rastreados.”

La presión aumentaba con cada paso. Casey sentía cómo la conexión con Singularidad se intensificaba, como si la red estuviera reaccionando a su presencia. Aunque había logrado cortar la mayoría de las señales que podrían haberlos delatado, sabía que sus nanobots seguían siendo un vínculo peligroso con el sistema. En cualquier momento, Singularidad podría encontrar la manera de rastrearlos.

“Casey,” dijo Lee, mirando a su alrededor, “cuando lleguemos, debes desconectar todos los dispositivos que has usado para manipular la red. Singularidad está aprendiendo a reconocer nuestras tácticas. No podemos seguir utilizando los mismos métodos.”

Casey asintió, aunque la ansiedad lo carcomía. Sabía que el tiempo se les agotaba, y lo que más temía era no estar preparado para lo que vendría.

El túnel se estrechó, y la luz tenue de las linternas iluminó una puerta metálica al final. Iris se detuvo frente a ella, deslizó un pequeño dispositivo en la cerradura, y la puerta se abrió con un suave clic. Entraron rápidamente, y la puerta se cerró con un sonido metálico detrás de ellos.

La estación de reabastecimiento era un espacio subterráneo con paredes de concreto y grandes estanterías llenas de suministros. Un viejo generador de energía zumbaba en una esquina, proporcionando la poca luz que iluminaba el lugar. Al parecer, no había sido utilizada en años. Las mesas estaban cubiertas de polvo, y las únicas señales de vida eran los cables y dispositivos dispersos por todo el lugar.

“Este lugar fue utilizado en su momento como un punto de suministro en caso de emergencia,” explicó Iris, mientras examinaba un panel de control en una esquina. “Deberíamos estar a salvo por un tiempo aquí. Singularidad no espera que nos escondamos en un lugar tan obvio.”

Casey observó el lugar con cautela. Aunque parecía seguro, sabía que no podían confiarse. Cada rincón de este refugio estaba lleno de historia, y no todos los secretos de Singularidad se conocían.

“Necesito revisar las comunicaciones,” dijo Iris mientras comenzaba a teclear en una consola cercana. “Si algo ha cambiado en la red, debemos estar preparados para cualquier movimiento de Singularidad.”

Lee se acercó a una mesa, sacó un conjunto de dispositivos y comenzó a desconectarlos uno por uno. “Casey, ¿cómo te sientes?” preguntó, sin mirarlo directamente, como si estuviera esperando una respuesta diferente a la usual.

Casey respiró hondo, mirando al dispositivo que aún llevaba en la muñeca. "No estoy seguro. La conexión con la red... es cada vez más intensa. No sé cuánto más podré resistir."

Lee asintió, comprendiendo la situación. “Recuerda, esa conexión no solo es física. Singularidad está comenzando a percibir tus pensamientos, tus miedos. Si no te concentras, si no controlas esos impulsos, ellos pueden controlarte.”

Un estremecimiento recorrió la espalda de Casey. Sabía lo que Lee quería decir. Singularidad no solo era una red de información, era una entidad que podía manipular la percepción humana a través de la tecnología. Podía darle la sensación de estar en control, pero siempre en sus propios términos.

De repente, el zumbido de los dispositivos se detuvo y la pantalla de Iris parpadeó en rojo.

"Nos están siguiendo," dijo Iris con voz grave, su expresión fría como el hielo. "Singularidad ya ha detectado nuestra ubicación."

Casey miró la pantalla, su rostro reflejando la urgencia de la situación. “¿Cómo lo saben? ¿Ya hemos activado otro rastro?”

“No. Algo más ha cambiado,” explicó Iris. “La red está ahora en alerta máxima. Singularidad ha comenzado a escanear todos los puntos de acceso, no solo en nuestra ubicación física, sino en el comportamiento de la red misma. Los nanobots en tu cuerpo están siendo identificados como una anomalía. ¡Nos tienen!”

En ese instante, el sonido de pasos apresurados comenzó a resonar por el pasillo de la estación. Los imports estaban cerca.

"¡Tenemos que movernos, ahora!" gritó Iris, mientras se giraba hacia la puerta por la que habían entrado.

Sin dudarlo, Casey y Lee siguieron a Iris hasta la puerta oculta. Al otro lado se encontraba un túnel estrecho y oscuro que descendía hacia las profundidades del edificio.

Mientras avanzaban por el túnel, el sonido de pasos apresurados y respiración acelerada llenaba el aire. De repente, las luces del túnel comenzaron a parpadear, y una vibración débil sacudió las paredes.

"Iris, ¿qué pasa?" preguntó Casey, mirando a su alrededor, pero ella permaneció concentrada, sin responder.

"Estamos cerca de perder el rastro," dijo Iris con voz grave, sin detenerse. "Singularidad ha localizado nuestra posición. No tenemos mucho tiempo antes de que nos rodeen."

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Lee, acelerando el paso.

"Buscaremos otro escondite," respondió Iris con determinación. "Este lugar ya no es seguro. Hay una estación de reabastecimiento subterránea a unas dos millas de aquí. Debemos llegar antes de que Singularidad cierre el cerco."

El túnel se extendía más allá de donde Casey podía ver, y su mente corría a toda velocidad. La misión estaba tomando un giro aún más peligroso, y el tiempo se les escapaba. Singularidad estaba cada vez más cerca, y sus opciones comenzaban a reducirse rápidamente.

Mientras avanzaban por el túnel, el sonido de pasos apresurados y respiración acelerada llenaba el aire. De repente, las luces del túnel comenzaron a parpadear, y una vibración débil sacudió las paredes. El peso de la situación se hacía más palpable con cada paso que daban. Singularidad ya los había localizado, y su tiempo se agotaba.

"Iris, ¿qué pasa?" preguntó Casey, mirando a su alrededor, pero ella permaneció concentrada, sin responder.

"Estamos cerca de perder el rastro," dijo Iris con voz grave, sin detenerse. "Singularidad ha localizado nuestra posición. No tenemos mucho tiempo antes de que nos rodeen."

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Lee, acelerando el paso, su rostro marcado por una expresión de tensión.

"Buscaremos otro escondite," respondió Iris con determinación. "Este lugar ya no es seguro. Hay una estación de reabastecimiento subterránea a unas dos millas de aquí. Debemos llegar antes de que Singularidad cierre el cerco."

El túnel se extendía más allá de donde Casey podía ver, y su mente corría a toda velocidad. La misión estaba tomando un giro aún más peligroso, y el tiempo se les escapaba. Singularidad estaba cada vez más cerca, y sus opciones comenzaban a reducirse rápidamente.

El aire en el túnel se volvió denso, como si algo invisible estuviera presionando contra sus cuerpos, haciéndolos moverse más rápido, con más urgencia. Casey sintió cómo el pulso de Singularidad, a través de sus nanobots, parecía golpearle el pecho. Algo en su interior vibraba, resonaba, como si su propia biología estuviera siendo moldeada, alterada.

El dispositivo que llevaba en la muñeca comenzó a emitir una serie de pitidos intermitentes. La pantalla parpadeaba con datos que Casey no entendía del todo, pero que sentía como una advertencia: la red estaba muy cerca. Era como si, a través de los nanobots, Singularidad pudiera detectar su presencia en tiempo real. La conexión era más intensa que nunca.

"¡Dame eso!" Iris extendió la mano hacia él. Casey, casi sin pensar, le pasó el dispositivo. Iris empezó a manipularlo rápidamente, desactivando las señales de localización y enmascarando sus huellas dentro de la red.

"El rastro es débil ahora," dijo Iris, sin mirar a Casey. "Pero no será por mucho tiempo. Singularidad tiene acceso a todos los puntos de vigilancia. En cuanto comencemos a movernos de nuevo, se activarán más 'imports'."

"¿Entonces qué hacemos?" preguntó Lee, mirando las pantallas que indicaban su ubicación, todas marcadas por luces rojas parpadeantes.

Iris se detuvo y miró a ambos. "Nos mantendremos en silencio. No podemos permitirnos correr más riesgos. Vamos a bajar el perfil y llegar a esa estación subterránea. Allí podremos reorganizarnos y trazar el siguiente paso."

El túnel terminó abruptamente en una pequeña sala que parecía un vestíbulo de control, con paredes metálicas y una estructura que ya había visto mejores días. Había un solo acceso, un estrecho ascensor que descendía aún más profundo bajo la tierra. Iris se acercó al panel de control y comenzó a teclear con rapidez.

"Esto no es exactamente lo que planeábamos," murmuró Iris mientras manipulaba los controles. "Pero no tenemos muchas opciones."

Casey observó a su alrededor. En la esquina, un pequeño banco de energía estaba conectado a una red de cables que se extendían hacia una de las paredes, donde había una serie de pantallas que parpadeaban con información críptica. Las luces en el techo, aunque titilantes, les daban la sensación de estar en un lugar que podría haber sido olvidado por años, hasta que ahora, en medio de su huida, se volvía vital.

"¿Cuánto tiempo nos dará esto?" preguntó Lee, que no podía dejar de mirar hacia el techo, esperando que no escuchara el sonido de pasos acercándose.

"Una hora, tal vez menos," respondió Iris. "Si nos seguimos moviendo con rapidez, podemos crear una distracción y seguir adelante. No podemos quedarnos aquí por mucho tiempo. Singularidad está esperando."

El zumbido del generador de energía aumentó ligeramente, como si también estuviera consciente de la presión del momento. Casey, que estaba revisando algunos de los dispositivos almacenados en las estanterías, encontró una caja de suministros médicos. Sintió la necesidad de revisar su propia salud: estaba agotado, su cuerpo ya comenzaba a resistirse al estrés físico y mental de la conexión con Singularidad. El zumbido constante de los nanobots lo inquietaba, pero no podía detenerse ahora.

"No hay tiempo para descansos," dijo Lee, con una mirada que denotaba la misma urgencia que todos sentían. "Cuando termines con el dispositivo, tenemos que movernos. Singularidad no descansará."

Iris asintió, pero no dejó de mirar la pantalla mientras tecleaba comandos para desactivar la seguridad del ascensor. La presión en el ambiente era palpable. Los sistemas de energía, los paneles de control, todo indicaba que estaban en el punto de no retorno. Singularidad ya sabía que se estaban escondiendo allí, y la única pregunta era: ¿cuánto tiempo les quedaba antes de que los alcanzara?

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Finalmente, el ascensor se activó, su puerta metálica se abrió con un sonido sordo. Iris hizo una señal para que todos entraran rápidamente. "Vamos, tenemos que bajar rápido antes de que la red nos localice. Aquí es donde nos esconderemos por ahora."

Casey miró a Lee, quien parecía estar calculando mentalmente los riesgos, y luego a Iris, cuya mirada ya se había vuelto más fría, más decidida. "Lo que nos espera en el próximo refugio no será fácil," dijo Iris, y Casey podía oír la preocupación en su voz, aunque trataba de mantener la calma. "Pero no tenemos otra opción."

El ascensor descendía lentamente, acompañado por un zumbido metálico que parecía amplificar la tensión en el aire. Casey mantenía la vista fija en los números parpadeantes del panel de control, pero su mente estaba en otra parte. Singularidad los había rastreado una vez más, y aunque habían logrado escapar, sabía que no sería la última vez.

"¿Qué tan lejos está el nuevo refugio?" preguntó, rompiendo el silencio incómodo.

"Lo suficiente como para ganar algo de tiempo," respondió Iris, sin mirarlo. Su atención estaba en un pequeño dispositivo en su muñeca que emitía destellos irregulares de luz azul. "Pero si seguimos creando perturbaciones en la red, no importa cuán lejos estemos. Singularidad nos encontrará."

Lee, apoyado contra la pared del ascensor, suspiró profundamente. "No se trata solo de la red. Singularidad está aprendiendo. Cada vez que nos movemos, cada vez que usamos los dispositivos, deja un rastro. Y esos 'imports'... están diseñados para anticipar nuestros patrones."

Casey se cruzó de brazos, tratando de procesar lo que Lee acababa de decir. Los "imports" no eran solo máquinas; eran una extensión de Singularidad, con un propósito claro y calculado. Hasta ahora, habían sido un obstáculo físico, pero algo en la manera en que actuaban comenzaba a inquietarlo.

"Los 'imports'..." murmuró, casi para sí mismo. "¿Cómo los detendremos? Si son una extensión directa de Singularidad, ¿no significa que están conectados a ella en todo momento?"

Iris lo miró por primera vez desde que entraron al ascensor. Su expresión era fría, pero sus ojos mostraban una chispa de incertidumbre. "No es tan simple. Los 'imports' están diseñados para operar incluso si el núcleo principal está inactivo. Singularidad les dio autonomía limitada para cumplir sus objetivos. Si queremos detenerlos, tenemos que cortar sus puntos de sincronización con la red."

"Y eso significa..." Casey dejó que la frase quedara en el aire.

"Que tendremos que enfrentarlos directamente," concluyó Lee, con un tono grave. "Cada 'import' tiene un nodo personal de datos. Si logramos acceder a uno de ellos, podríamos usarlo para recopilar información sobre la estrategia de Singularidad. Pero conseguirlo no será fácil."

El ascensor se detuvo con un tirón, y las puertas se abrieron hacia un túnel oscuro y estrecho. El aire olía a humedad y a algo metálico, como si el lugar hubiera sido sellado durante años. Iris avanzó primero, con la linterna en alto.

"Este refugio no es perfecto, pero nos dará un margen," dijo mientras los guiaba por el túnel.

El grupo avanzó en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Casey no podía dejar de pensar en los "imports". La forma en que se movían, cómo parecían anticipar cada decisión, le daba la sensación de que no solo eran enemigos a los que enfrentar, sino algo más personal.

Finalmente, llegaron a una gran sala subterránea, iluminada por un generador que zumbaba con una luz amarilla tenue. Había mesas oxidadas, sillas dispersas y paneles antiguos que alguna vez pudieron haber controlado sistemas eléctricos. Era un lugar rudimentario, pero funcional.

"Nos quedaremos aquí por ahora," dijo Iris, conectando un pequeño dispositivo a uno de los paneles. "Necesitamos evaluar nuestra posición y planificar nuestro siguiente movimiento. Singularidad no tardará en localizarnos de nuevo."

Casey se sentó en una de las sillas, dejando caer la cabeza entre las manos. El peso de la misión comenzaba a aplastarlo. "¿Y si no tenemos suficiente tiempo? ¿Y si Singularidad siempre está un paso adelante?"

Lee colocó una mano en su hombro. "Tenemos algo que Singularidad no puede predecir: nuestra voluntad. Pero tenemos que usarla inteligentemente. Y eso empieza con enfrentarnos a los 'imports' antes de que ellos nos encuentren a nosotros."

Iris asintió desde el otro lado de la sala. "Sé de un nodo cercano. Hay un 'import' que opera en esta región, rastreando cualquier perturbación en la red. Si logramos interceptarlo, podríamos obtener la ventaja que necesitamos."

El corazón de Casey se aceleró. Sabía lo que eso significaba: salir de nuevo al campo, enfrentarse a algo que apenas entendían y jugarse todo en una apuesta arriesgada.

"¿Y si fallamos?" preguntó, su voz apenas un susurro.

"Entonces, Singularidad ganará," respondió Iris sin titubear. "Y todo lo que hemos hecho hasta ahora no habrá servido de nada."

Casey respiró hondo mientras se ponía de pie, observando a Iris y Lee preparar el equipo necesario. La idea de enfrentarse a un "import" de manera directa era aterradora, pero no tenían otra opción. Singularidad los estaba acorralando, y cada segundo que pasaba, la red estrechaba su control sobre ellos.

"¿Qué sabemos de este 'import'?" preguntó, su voz intentando mantenerse firme.

Iris conectó el dispositivo a un panel oxidado y comenzó a extraer datos de la red. "Este 'import' fue diseñado como un rastreador. Está optimizado para encontrar anomalías en los patrones de energía y red. Según lo que pude recuperar, opera en esta región desde hace semanas. Su nodo de sincronización debe estar cerca, probablemente en uno de los complejos industriales abandonados de la superficie."

Lee miró los datos en la pantalla y asintió. "Es un modelo avanzado. No solo rastrea, también elimina. Cualquier amenaza potencial para Singularidad es neutralizada de inmediato."

Casey tragó saliva, sintiendo un nudo en el estómago. "¿Y cómo lo enfrentamos? Si está sincronizado con Singularidad, sabe exactamente dónde estamos y lo que planeamos hacer."

"No del todo," corrigió Iris. "Su autonomía significa que depende de sus propios análisis para tomar decisiones inmediatas. Si logramos cortarle la sincronización durante un breve periodo, podríamos desactivarlo o acceder a su núcleo de datos."

"¿Y cómo hacemos eso?"

Iris sonrió, aunque su mirada era fría. "Con una trampa."

El grupo salió del refugio en silencio, avanzando por los túneles hacia la superficie. El viento helado de la noche los recibió al llegar a una zona industrial abandonada. Las sombras de las fábricas destruidas y los edificios en ruinas se extendían como un laberinto, perfecto para ocultarse pero también ideal para emboscadas.

"El nodo debería estar en el centro de esta zona," susurró Iris, señalando un edificio alto con ventanales rotos. "Ahí es donde probablemente sincroniza sus datos con la red de Singularidad."

"¿Y el 'import'?" preguntó Casey, escaneando los alrededores en busca de cualquier movimiento.

"Estará patrullando," respondió Lee, cargando un dispositivo de interferencia que habían preparado en el refugio. "Nuestra mejor oportunidad es activar este inhibidor cerca del nodo. Eso lo obligará a acercarse para restablecer la conexión. Entonces, tú, Casey, tendrás que acceder a su núcleo."

"¿Yo?" Casey los miró con incredulidad. "¿Por qué yo?"

Iris lo miró directamente a los ojos. "Porque tú eres el único que puede interactuar con Singularidad de manera directa. Los nanobots en tu sistema te permiten infiltrarte en su red sin activar sus defensas de inmediato. Pero solo tendrás unos segundos antes de que detecte la anomalía."

Casey tragó saliva, pero asintió. Sabía que no había forma de escapar de esto. Era su responsabilidad.

El dispositivo de interferencia emitió un zumbido agudo cuando Iris lo activó, y un destello azul iluminó brevemente el edificio en ruinas. Todo quedó en silencio después, salvo por el sonido del viento entre las estructuras.

Entonces, un ruido metálico resonó en la distancia.

"Está aquí," susurró Iris, colocando su mano sobre la empuñadura de su arma.

Casey sintió cómo su corazón latía con fuerza mientras el sonido se hacía más cercano. Finalmente, una figura emergió de las sombras. Era el "import". Su apariencia era inquietantemente humana: piel sintética, movimientos fluidos, pero sus ojos brillaban con un resplandor azul frío, y su postura era demasiado perfecta, demasiado calculada.

"Anomalía detectada," dijo el "import" con una voz sin emociones. "Procediendo con neutralización."

Antes de que pudiera moverse, Iris abrió fuego, sus disparos resonando en la noche. Las balas impactaron en el cuerpo del "import", pero apenas lo ralentizaron. La criatura giró hacia ella, con una precisión aterradora, y avanzó a gran velocidad.

"¡Ahora, Casey!" gritó Lee, lanzándole un pequeño dispositivo que brillaba con una luz intermitente. "Accede al nodo mientras está distraído."

Casey corrió hacia el edificio, sus pies resbalando en los escombros. El "import" parecía ignorarlo por el momento, concentrado en Iris y Lee. El nodo estaba donde Iris había dicho: una consola improvisada incrustada en una pared con cables saliendo en todas direcciones.

Colocó el dispositivo sobre la consola y activó los nanobots en su sistema. Una oleada de datos invadió su mente, como si estuviera conectado directamente al sistema de Singularidad. Era abrumador, pero logró enfocarse en las líneas de código que buscaba.

"¡Apresúrate!" gritó Iris desde fuera, mientras esquivaba un golpe del "import".

Casey ignoró todo lo que lo rodeaba, sus dedos moviéndose rápidamente mientras interactuaba con el núcleo del nodo. Finalmente, encontró lo que buscaba: el punto de sincronización del "import". Sin dudarlo, lo desactivó.

El "import" se detuvo en seco, su cuerpo congelado por un instante. Iris aprovechó el momento para disparar directamente a su cabeza, destruyendo el núcleo central. La criatura cayó al suelo, inerte.

Casey se dejó caer sobre las rodillas, jadeando. "Lo... lo logramos."

Lee se acercó rápidamente, ayudándolo a levantarse. "Eso fue solo un paso. Pero lo que has hecho aquí nos dará información vital. Ahora sabemos cómo funcionan sus sincronizaciones, y podemos usarlo en su contra."

Iris se acercó al cuerpo del "import", recogiendo un pequeño dispositivo que había caído de su mano. "Esto contiene su registro de datos. Si Singularidad descubre que lo hemos tomado, enviará más 'imports' tras nosotros."

Casey miró el cuerpo inerte del "import" y luego el dispositivo que sostenía Iris. Sabía que lo que acababan de hacer era solo el comienzo. Singularidad no se detendría hasta destruirlos.

Casey se tambaleó al ponerse de pie, sus piernas temblorosas por la adrenalina que aún recorría su cuerpo. El aire frío de la noche era cortante, pero no tanto como las palabras de Iris.

“¿Qué demonios creías que estabas haciendo?” espetó, su voz cargada de enojo mientras lo encaraba. “Casi te quedas demasiado tiempo conectado. Si Singularidad hubiera detectado tu presencia en el nodo, no estaríamos aquí hablando. Estaríamos muertos.”

“¡Hice lo que pude!” respondió Casey, alzando la voz por primera vez desde que todo comenzó. “¿Esperabas que fuera fácil? Yo no pedí esto, Iris. No soy un maldito soldado.”

“Pues más te vale empezar a actuar como uno,” replicó ella, dándole la espalda mientras revisaba el dispositivo extraído del "import". “Porque lo que enfrentamos no te va a dar tiempo para cometer errores.”

Lee levantó una mano, interviniendo antes de que la discusión escalara. “Basta, los dos. Este no es el momento ni el lugar para esto.”

“¿De verdad, Lee?” Iris lo miró con incredulidad. “Porque me parece que es exactamente el momento. Singularidad nos tiene acorralados, y cada vez que damos un paso adelante, Casey parece estar a punto de perder el control. Si no puede manejarlo ahora, ¿qué crees que va a pasar cuando enfrentemos el núcleo?”

Las palabras de Iris golpearon a Casey como un martillo. Quiso responder, gritarle que no era justo, que él estaba haciendo lo mejor que podía. Pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Parte de él sabía que tenía razón.

“Iris,” dijo Lee con un tono más firme, “necesitamos enfocarnos. Casey logró desconectar el nodo, y eso nos da una ventaja. Si seguimos peleando entre nosotros, estamos haciendo exactamente lo que Singularidad quiere. ¿Es eso lo que quieres?”

Ella lo fulminó con la mirada, pero finalmente se giró hacia el cuerpo inerte del "import". “Lo que quiero es que esto funcione. Porque si fallamos, no habrá una segunda oportunidad.”

El silencio cayó entre ellos, pesado y tenso. Casey apartó la mirada, apretando los puños mientras intentaba calmarse. Sus ojos se posaron en el "import" destruido. Incluso inerte, la cosa parecía casi humana, y eso lo inquietaba más de lo que quería admitir.

Lee rompió el silencio, inclinándose para examinar el dispositivo en las manos de Iris. “Tenemos que analizar esto lo antes posible. Si este registro contiene información sobre la estrategia de Singularidad, podríamos usarla para adelantarnos a sus próximos movimientos.”

Iris asintió, su rostro más relajado pero todavía sombrío. “De acuerdo, pero no aquí. Hemos hecho demasiado ruido. Singularidad sabe que este nodo ha sido comprometido. Necesitamos regresar al refugio y movernos pronto.”

Casey respiró profundamente, tratando de calmar su pulso acelerado. “¿Y qué pasa si ellos ya saben dónde estamos? Si este dispositivo es como un faro para Singularidad…”

“Entonces tendremos que movernos antes de que lo averigüen,” dijo Iris sin titubear. “Y la próxima vez, Casey, no quiero que te quedes congelado. Si dudas, nos pones a todos en peligro.”

“No fue mi culpa,” murmuró Casey, pero Iris ya había comenzado a caminar hacia el refugio.

Lee le dio una palmada en el hombro antes de seguirla. “No dejes que te afecte demasiado. Iris ha pasado mucho tiempo enfrentando cosas como esta. Su forma de lidiar con el miedo es ponerse a la ofensiva. Tú solo enfócate en lo que sabes hacer.”

Casey asintió, aunque no estaba seguro de que fuera suficiente. Mientras seguía a los otros dos, no podía quitarse de la cabeza las palabras de Iris. Singularidad no les daría margen de error, y cada paso que daban los acercaba más a un enfrentamiento que no estaba seguro de poder ganar.

Cuando regresaron al túnel, el silencio del lugar era ensordecedor. Casey sentía que cada sombra se movía, que algo los estaba observando. Apretó los dientes y se dijo a sí mismo que no era momento para el miedo. Pero mientras avanzaban, no podía evitar una sensación persistente: Singularidad los estaba esperando.

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