El aire frío de la habitación se sentía denso mientras el Dr. Lee ajustaba una serie de pantallas con datos complejos. Casey no pudo evitar preguntarse sobre su propia conexión con Singularidad. Algo que le había sido transmitido como una herramienta, pero que ahora sabía que también era un riesgo.
"Dr. Lee," comenzó Casey, con la voz llena de incertidumbre, "¿por qué me aplicaste los nanobots? ¿Qué ventaja real me dan para enfrentarme al núcleo?"
Lee levantó la vista por un momento, como si esperara esta pregunta. "Los nanobots te conectan directamente a Singularidad, Casey. Son más que una simple herramienta de interfase; son un vínculo entre tú y el núcleo. Te permiten acceder a datos, manipular el sistema y detectar anomalías dentro de la red. Si quieres detener a Singularidad, necesitas entender su arquitectura desde dentro."
Casey lo miró con los ojos entrecerrados. "¿Pero qué significa eso exactamente? ¿Qué puedo hacer con eso?"
Lee se acercó a una mesa donde descansaban varios dispositivos, y uno de ellos emitió una pequeña luz verde. Lo levantó, mostrándoselo a Casey. "Puedes hackear el sistema, manipular sus operaciones, y lo más importante: desactivar las defensas. Los imports están conectados a Singularidad, pero como aún eres humano, puedes moverte dentro de la red sin activar alarmas. Tienes el poder de desmantelar lo que ellos no pueden ver."
Casey asintió, comprendiendo mejor cómo la conexión con Singularidad le otorgaba poder, pero también lo hacía vulnerable. La línea entre control y sumisión era delgada.
"Ahora bien," continuó Lee, "aunque los nanobots están activos en tu sistema, aún no tienes control total sobre ellos. Usarás este dispositivo," dijo, señalando un pequeño dispositivo rectangular con una pantalla, "para controlar la conexión. Durante la infiltración, este dispositivo será tu salvavidas, ya que te permitirá contar la conexión y evitar que Singularidad detecte tu presencia. Sin él, los nanobots actuarán por su cuenta y podrías perder el control."
"Entonces, ¿no puedo usar los nanobots a voluntad por ahora?" preguntó Casey, preocupado.
"No," respondió Lee, "pero con el tiempo, cuando logres desconectarte por completo de la red y tomes el control de tu conexión, podrás usarlos como desees. Por ahora, este dispositivo te dará la capacidad de limitar su uso y evitar la detección, pero será solo una herramienta transitoria. El control total llegará cuando te adentres más en Singularidad."
Casey miró el dispositivo con una mezcla de cautela y curiosidad. "¿Cuándo tendré control total sobre los nanobots?"
Lee lo miró fijamente. "Eso depende de ti, Casey. Cuando logres comprender cómo interactuar con la red sin ayuda externa, entonces serás capaz de tomar las riendas de todo el sistema. Pero te advierto, el camino para llegar allí no será fácil. Singularidad no permitirá que lo logres sin resistencia."
Justo cuando Casey estaba a punto de responder, la puerta del escondite se abrió de golpe. Iris, la asistente de Dr. Lee, entró rápidamente. Su presencia era tan firme y decidida que la atmósfera cambió al instante.
"Doctor," dijo Iris con voz grave, interrumpiendo la charla, "el acceso ha sido asegurado. Singularidad está más alerta que nunca. Hemos detectado nuevas anomalías en los sistemas, y nuestras señales están siendo rastreadas."
If you discover this narrative on Amazon, be aware that it has been stolen. Please report the violation.
Lee no se sorprendió, pero su expresión se endureció al instante. "¿Qué significa eso?"
Iris no tardó en responder. "Significa que debemos actuar rápido. Singularidad está desplegando más 'imports'. Si no te apuras, no tendremos tiempo para completar lo que estamos planeando."
Casey la observó con atención. Aunque Iris no se molestó en mirarlo directamente, había algo en su postura que le decía que no debía subestimarla. A pesar de la tensión en el aire, su llegada trajo un sentido de urgencia renovado.
"Entonces, ¿qué hacemos ahora?" preguntó Casey, con la mente ya trabajando a toda velocidad. Había algo en la mirada de Iris que lo hizo pensar que ella tenía más información de la que estaba dispuesta a compartir.
"Yo me encargaré de las coordenadas," dijo Iris, sin perder tiempo. "Mientras tú y el Dr. Lee se ocupan de lo demás, yo me aseguraré de que todo esté en su lugar para el siguiente paso. Singularidad no sabrá lo que les golpeará."
Casey asintió, aún con dudas, pero comprendiendo que no había tiempo para vacilar. La infiltración debía comenzar pronto, y ahora tenía un nuevo aliado en el proceso. Pero las palabras de Iris resonaban en su mente: "Singularidad está más alerta que nunca."
Justo cuando Casey estaba a punto de hacer una pregunta más, un fuerte estruendo sacudió el laboratorio. Las luces parpadearon y las alarmas se activaron, llenando el ambiente de una tensión palpable. Iris se puso en guardia, su mano deslizándose hacia la empuñadura de un arma que llevaba oculta.
"¡Hemos sido detectados!" exclamó Lee, su rostro pálido. "Singularidad ha enviado un 'import' para investigar esta anomalía."
Casey no entendió de inmediato, pero Iris lo explicó rápidamente. "Singularidad está usando su red para escanear las conexiones cercanas. Debido a que estamos manipulando las señales y utilizando dispositivos como el inhibidor neural, hemos activado una serie de alertas en los protocolos de seguridad. Cuando conectamos nuestra red local, emitimos una firma que Singularidad puede rastrear. Y ahora... ellos saben que estamos aquí."
Lee añadió, tenso: "Cada vez que interferimos, emitimos un rastro en la red. Los imports, que están conectados de forma directa al sistema, son enviados cuando esa firma es lo suficientemente fuerte. Son rastreadores humanos, casi como centinelas, programados para investigar cualquier irregularidad."
Casey sintió cómo el miedo se apoderaba de él. "¿Y ahora qué hacemos?"
Iris señaló rápidamente una puerta oculta en la pared. "¡Este laboratorio es un callejón sin salida! Singularidad ya debe estar rastreando nuestra señal. Tenemos que movernos ahora mismo."
Sin dudarlo, Casey y Lee siguieron a Iris hasta la puerta oculta. Al otro lado se encontraba un túnel estrecho y oscuro que descendía hacia las profundidades del edificio.
Mientras avanzaban por el túnel, el sonido de pasos apresurados y respiración acelerada llenaba el aire. De repente, las luces del túnel comenzaron a parpadear, y una vibración débil sacudió las paredes.
"Iris, ¿qué pasa?" preguntó Casey, mirando a su alrededor, pero ella permaneció concentrada, sin responder.
"Estamos cerca de perder el rastro," dijo Iris con voz grave, sin detenerse. "Singularidad ha localizado nuestra posición. No tenemos mucho tiempo antes de que nos rodeen."
"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Lee, acelerando el paso.
"Buscaremos otro escondite," respondió Iris con determinación. "Este lugar ya no es seguro. Hay una estación de reabastecimiento subterránea a unas dos millas de aquí. Debemos llegar antes de que Singularidad cierre el cerco."
El túnel se extendía más allá de donde Casey podía ver, y su mente corría a toda velocidad. La misión estaba tomando un giro aún más peligroso, y el tiempo se les escapaba. Singularidad estaba cada vez más cerca, y sus opciones comenzaban a reducirse rápidamente.