Escena 1: El Despertar
Erik despierta desorientado, sintiendo una brisa fría en su piel y un suelo rugoso bajo su cuerpo. Al abrir los ojos, se encuentra en un paisaje completamente diferente al que recuerda. El cielo está cubierto de nubes que se mueven lentamente, y no puede reconocer ninguna de las estrellas. Se pone de pie y observa a su alrededor, dándose cuenta de que está en un bosque denso con árboles altísimos y vegetación exótica.
Mientras intenta entender cómo llegó allí, Erik recuerda vagamente una sensación de caída y el sonido de algo que se rompía. También le llega a la mente una voz suave y lejana que parecía suplicarle: "Por favor, ayúdalas..." La voz es difusa y apenas pudo comprenderla durante el viaje, pero ahora que está en este nuevo mundo, comienza a preguntarse si tenía algún significado.
"¿Dónde estoy?" se pregunta en voz baja, tratando de recordar cómo llegó aquí. Erik intenta orientarse, pero el entorno es completamente nuevo y desconocido para él. "Esto no puede ser real... ¿Estoy soñando o simplemente he sido transportado a otro mundo? ¿Cómo puedo estar en un lugar tan diferente?"
Escena 2: Exploración de lo Desconocido
Erik comienza a explorar el bosque con cautela, tratando de entender el nuevo entorno en el que se encuentra. Se adentra entre los árboles, notando la extraña flora y fauna que no había visto nunca antes. Los árboles tienen una apariencia alienígena, con hojas de colores vibrantes y ramas que parecen moverse por sí solas.
Mientras camina, escuche ruidos inusuales que no puede identificar. El suelo está cubierto de hojas secas que crujen bajo sus pies, y los animales que se encuentran son de formas y tamaños extraños. Se detiene para examinar un arbusto con frutos que parecen brillar con una luz propia, preguntándose si son comestibles o venenosos.
"Esto es increíble... Todo aquí es tan diferente a lo que conoció", reflexiona Erik en voz alta. "¿Es esto un sueño, o realmente he sido transportado a otro planeta? ¿Qué más podría haber en este lugar? ¿Habrá otras personas o seres como yo?"
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El tiempo pasa y Erik se da cuenta de que ha estado caminando durante horas sin encontrar ningún signo de civilización. Se siente cada vez más frustrado y cansado, pero también intrigado por los misterios de este nuevo mundo. Mientras explora, intenta recoger algunas de las frutas brillantes que encontró, pensando que podrían ser útiles más tarde.
"Quizás si encuentro algo de comida y agua, podrás pensar con más claridad", dice Erik, tratando de mantenerse positivo. "Debo encontrar un lugar seguro para pasar la noche y planear mis próximos pasos. ¿Dónde podría estar la salida de este lugar? ¿Cómo puedo volver a casa, si es que puedo?"
Escena 3: Reflexiones Bajo las Estrellas
Cuando cae la noche, Erik encuentra un lugar relativamente plano para descansar. El bosque de noche está lejos de ser silencioso; al contrario, parece cobrar vida con una cacofonía de sonidos. Los murmullos de criaturas invisibles, el canto de animales nocturnos y el crujido constante de ramas y hojas crean un paisaje sonoro vibrante que envuelve a Erik en una sensación de inquietud y asombro.
El cielo estrellado es un espectáculo deslumbrante, con tres lunas flotando en la oscuridad. Dos de las lunas son más pequeñas y parecen haber chocado entre sí, creando un efecto visual surrealista.
Este extraño fenómeno le hace reflexionar sobre su situación. "No estoy en la Tierra... Estoy en otro mundo", piensa, su mente intentando similar la realidad de su nuevo entorno. El contraste entre el cielo nocturno y el mundo que dejó atrás lo golpea con una mezcla de asombro y desolación.
A pesar de la majestuosidad del cielo, Erik no puede relajarse. La preocupación por su seguridad es constante; el ruido del bosque es incesante y parece esconder muchos peligros. "Debo mantenerme alerta", piensa Erik, "si quiero sobrevivir mi primera noche aquí". Se mueve con cautela, asegurándose de que su refugio esté lo mejor preparado posible mientras mantiene un ojo atento a cualquier movimiento que pueda indicar la presencia de depredadores.
La posibilidad de que un animal depredador lo ataque mantenga a Erik en un estado de vigilancia. Cada crujido de las hojas y cada sonido extraño en la oscuridad lo hace tensar los músculos, preparado para defenderse o huir si es necesario. La majestuosidad del cielo nocturno pierde su atractivo frente a la dura realidad de su situación. "Tengo que sobrevivir aquí. Cada sonido podría ser una amenaza. No puedo bajar la guardia", se repite a sí mismo mientras pasa la noche en constante alerta.