CAPÍTULO 23
Capítulo 23 – Deslumbrada por su actuación
Pensó que Nidia conseguiría un gran piloto de carreras, pero resultó que era una mujer.
Era bastante aburrido.
Nidia se burló. –¿Creías que Gloria era solo una conductora? ¡Ya verás, te va a sorprender!
––¡Sí, está aquí para ayudar! ¡Buena suerte con eso!
– ¿Bromeas? No naci ayer. Nidia, tira la toalla. Te estoy dando la oportunidad. Solo es una mujer. – Gloria siguió el sonido de su voz y vio a un hombre guapo soplando algunos anillos de humo. Su frente frunció el ceño. Era George, un amigo de Jordi. Como un joven abogado prometedor, fue aclamado como el mejor abogado de la ciudad.
Gloria ha cambiado de estilo hoy. Aunque ella conocía a George, él no la reconoció de inmediato. Nidia chasqueó los dedos.
–¿Qué hay de malo en ser mujer? ¿No puede conducir una mujer? ¿No puedes dejar de lado los prejuicios por un día?
George resopló.
– Está bien, vamos. No tengo todo el día. –Apagó su cigarrillo y subió a su coche. Nidia miró a Gloria y vitoreó con los brazos agitándose salvajemente.
– ¡Vamos, niña, no puedo esperar! – Gloria le sonrió levemente y se subió al coche.
Después de una larga espera, el árbitro finalmente los vio subir a los coches y levantó la mano. Cuando la mano del árbitro cayó a su lado, inmediatamente, George y Gloria pusieron en marcha sus © content.
vehículos.
George tomó a Gloria a la ligera y actuó demasiado despacio. No esperaba que ella tuviera ventaja sobre él. El coche de Gloria ha salido corriendo. Y, un parpadeo más tarde se había ido.
Nidia se quedó allí y exclamó con alegría: –Cariño, eres la mejor.
Los espectadores estaban todos conmocionados.
–¿George es el primero?
–¡No, es esa mujer!
– ¡Dios mío, está conduciendo tan rápido! ¿Es una piloto de carreras internacional? ¿Quién es esa mujer? ¿La conoces? –Un minuto los espectadores estaban elogiando mucho a George, y al siguiente quedaron deslumbrados por la actuación de Gloria y no pudieron evitar hablar de ella.
–¡Maldita sea! – George murmuró una maldición y aceleró. Estaba concentrado, pero no podía seguirle el ritmo a Gloria por mucho que lo intentara. Peor aún, se estaba alejando cada vez más de
ella. George estaba estupefacto,
– ¡Voy a perder contra una mujer! ¿Cómo puede ser esto?
A lo sumo, podía ver la parte trasera del coche de Gloria en la distancia, Nidia estaba a punto de saltar de alegría cuando Gloria llegó a la línea de meta.
–¡No deberías menospreciar a las mujeres! – dijo Nidia, con la cabeza en alto. – iHas perdido!
George parecía deprimido.
–¡Maldita sea! Fui descuidado. – Miró a Gloria y dijo en serio: ––Has ganado. Le daré a Nidia lo que se merece. Hagámoslo una vez más, tú y yo.
Nidia se estaba divirtiendo. – ¡Lo deseas! ¿Quién eres tú para desafiarla?
– Disculpe, tengo cosas que hacer hoy. – Gloria le dijo con calma.
Nidia tomó a Gloria de la mano y le dio a George una mirada desafiante.
––Transfiéreme el dinero tan pronto como sea posible. Te lo digo, no soy una mujer con la que se pueda jugar. ¡Una palabra más tuya, y te daré una paliza!