El Kite Core es el alma del cometa. Solo hay un par único, para el Kiter y para el cometa. De esa forma, el Kiter y el cometa siempre están conectados. Kite Inc. revolucionó el mundo de los juguetes inteligentes al mostrar en sus convenciones esta extraña conexión, que a todos los asistentes dejó atónitos. "Es como si el cometa supiera lo que su dueño está pensando", comentaron algunos de ellos. Y así es. Ambos son como uno solo.
-¿Por qué no se queda en mi casa, profesor? No puede vivir como vagabundo el resto de su vida.
-No, Kiter. -contestó aquel adivino. -A mí es al que me buscan. Te metería en problemas.
-Ya tengo suficientes problemas al haberlo ayudado a escapar. A ambos nos buscan, y nos matarán si nos encuentran.
-Entiendo. -contestó aquella figura extraña, sin despegar sus ojos de sus cartas. –Pero tampoco quiero que me involucres en tu nueva misión. Podrías poner en peligro a... tú sabes.
-No creo que intenten algo en contra nuestra. No saben con quién se están metiendo. Puedo darles pelea a la hora que quieran, en donde quieran.
-Me gusta tu confianza. Pero es mejor que nos mantengamos en las sombras. No quiero arriesgar a Kaito.
-Lo entiendo, señor. Como usted desee.
Y fue así como aquella figura sombría, la del Justice Kiter, desapareció, como solía hacerlo, dejando al adivino solo, repartiendo sus cartas para ganarse ese día.
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-¡Kaito! –gritó Ai entrando al salón de clases de Kaito.
-Hola, Ai. -contestó Kaito mirando su celular.
-Haz tus deberes. -contestó Ai antes de que Kaito pudiera hacer algo.
-¿Otra vez? ¿Podrías dejar de molestar con eso cada vez que me saludas?
-Es la costumbre. En fin, ¿qué vas a hacer saliendo de clases? Recuerda que me dijiste que me ibas a enseñar a volar un cometa.
-¿Kaito? -protestó otro de los chicos del salón. -¿Con un cometa? ¡Eso quiero verlo!
-¡Pues tengo uno y vuela bastante bien! -presumió Kaito, algo molesto porque finalmente podía decirle a los chicos que lo molestaban que ya podía tener algo de su propiedad. -¡Y Ai también tiene uno!
-¿De verdad? -preguntó aquel chico. -Ahora el único raro de aquí es el matadito de Hayato.
-¡Oye! -gritó el susodicho Hayato desde el frente de la clase. -¡No soy ningún matadito!
-Habló el ratón de biblioteca. -le respondió aquel chico. -¡No tienes cometa! ¡¿Qué tienes entonces?! ¿¡Muñecas?!
-No te burles de Hayato. -contestó Ai. -Si no quiere tener un cometa, es su decisión. Pero no es motivo para que te burles de él.
-Ahora que lo recuerdo... Tú te burlabas de mí cuando no me dejaban tener un cometa. -respondió Kaito. -¿De aquí a cuándo ahora pretendes ser mi mejor amigo?
-¡Como quieras! -contestó aquel bravucón saliendo del salón. -¡Quería que fuéramos amigos, pero se nota que son unos antipáticos!
Hayato comenzó a guardar sus libros mientras trataba de hacer caso omiso a esos comentarios. Pero en el fondo dolían demasiado.
-Oye Hayato. -preguntó Kaito tratando de acercarse a él. -¿Te gustaría ir al Kite Shop con nosotros?
-No quiero hacer nada. -le respondió Hayato, tomando sus libros y saliendo como rayo del salón, ante la mirada atónita de Ai y de Kaito.
Kaito quiso correr detrás de Hayato, pero Ai lo detuvo, como diciéndole que mejor no lo hiciera. Y es que Hayato era de familia rica y sus habilidades en Matemáticas y en Ciencias lo hacían perfecto para concursar en diferentes ferias de ciencias de la región. Pero sus padres le habían prohibido tener un cometa. "Te distraerán de tus estudios", le decían. Eso lo convertía en el chico menos popular del salón, y el más envidiado y odiado por los mismos bravucones. Por eso no tenía amigos.
Hayato iba pensando en eso, cuando de repente se topó con tres extraños sujetos de traje que lo interceptaron.
-Hayato Asano. -contestó el líder de ellos. -A ti te estábamos buscando.
-Qué... ¿Qué es lo que quieren de mí? -preguntó Hayato bastante asustado, tomando sus libros con fuerza. -Si quieren dinero, puedo darles, pero por favor no me hagan nada.
La única mujer del grupo salió a la defensiva y gritó:
-¡No queremos tu dinero! Lo que queremos es otra cosa.
-¿Qué cosa?
-Sabemos que siempre has deseado un cometa. -respondió el líder del grupo. -Si nos cumples unos favores, podemos darte el mejor cometa que desees.
-¿Qué clase de favores? -preguntó Hayato casi temblando.
-Solo queremos que venzas en un duelo a Kaito Ichihara. Que su cometa esté tan destruida que su Kite Core quede inservible. Por eso te regalamos este cometa.
Fue entonces que un tercero del grupo de traje negro llevaba consigo un Quake 5000, uno de los cometas de élite fabricados en la época.
-¿Un Quake 5000? No lo entiendo... -dijo Hayato. -¿Por qué me regalan algo como esto?
-Somos chicos buenos. -contestó la mujer del grupo. -Solo te pedimos ese favor.
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En ese mismo momento, Ai y Kaito probaban sus cometas. Ai era un poco mala con el control de vuelo, pero fácilmente logró dominarlo. Kaito parecía más experimentado. Aunque su experiencia en combates era baja, al parecer ver las Kite Wars desde muy pequeño en televisión lo habían entrenado para esto.
Sin embargo, la sorpresa se la llevarían al día siguiente en la escuela. Al llegar al salón de clases, Ai y Kaito escucharon demasiados murmullos para ser un día normal.
-Finalmente apareces, Kaito Ichihara. -respondió Hayato, mientras se levantaba de su asiento y se dirigía a Kaito a paso firme. -¡Hoy en la Kite Shop, tú y yo tendremos un duelo! ¿Me escuchaste?
-¿Qué estás diciendo, Hayato? -preguntó Kaito algo desconcertado.
-¿Aceptas o eres un gallina? -gritó Hayato apenas dando tiempo a Kaito de terminar su pregunta. -¡Contesta de una vez!
-Acepto el duelo. -respondió Kaito. -Pero solo lo hago para complacerte.
-Oye Kaito. -se acercó el bravucón de la clase un poco asustado. -No debiste aceptar ese duelo. ¿Acaso no sabes lo que pasó ayer al atardecer en la Kite Shop de la ciudad?
-¿Qué pasó?
-Hayato llegó con una Quake 5000, y uno por uno comenzó a retar a todos los que se encontraban en el área de prácticas. Los venció a todos, que hasta Vendedor-san se asombró.
-Es imposible. -respondió Kaito. -Hayato no es fanático de las Kite Wars. ¿Cómo puede ser casi un experto de la noche a la mañana?
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-¡Me da igual que hayas aceptado el reto de Hayato! ¡Primero termina tus deberes y podrás ir!
-Y si te digo que ya terminé los de mañana, ¿dejarás de joderme con eso? -preguntó Kaito.
-Está bien, ya... -respondió Ai. -¿Pero no crees que esto es tan raro?
-¿Y crees que no lo pienso igual? -preguntó Kaito. -Hayato de pronto se convierte en un experto Kiter, y ahora me reta... Pero quizás si peleo contra él, pueda descubrir lo que pasa. ¡Apúrate, ya casi llegamos al Kite Shop!
-¡Kaito, espérame! -gritó Ai al ver cómo Kaito se iba corriendo hacia la Kite Shop, dejándola a ella casi a mitad de la calle. -De veras que...
-No le busques pies a lo que no puede caminar. -respondió una voz que se encontraba cerca de Ai.
Ai se sorprendió, volteó hacia todos lados, y vio a aquel adivino del que tanto hablaba Kaito.
-Usted... es el sujeto del domingo...
-Las Kite Wars sacan a relucir las emociones humanas, muchas de ellas que no saldrían en una simple discusión. -respondió el adivino, sin prestar atención a las palabras de Ai, mientras soltaba unas cartas de su baraja y las colocaba una por una sobre su mesa improvisada con una caja. -Tu amigo quiere descubrir la verdad, saber qué le pasa a ese chico. Y lo hace porque le preocupa.
¿Porque le preocupa? -preguntó Ai.
En ese momento Ai recordó el momento en el que Kaito se le acercó a Hayato para asistir a la Kite Shop.
-¿Acaso le preocupa Hayato? -preguntó Ai. -¡Muchas gracias, señor!
Y con esa despedida, Ai salió corriendo para intentar buscar a Kaito en la tienda. Al llegar, notó que la tienda se encontraba vacía, a excepción del vendedor de la tienda, quien se encontraba en el mostrador colocando unos productos en la vitrina.
-Hola, Ai. -contestó el vendedor al verla llegar. -¿Buscas a Kaito? Apúrate, métete al estadio, la pelea ya va a comenzar. Te acompaño si quieres.
Ai fue corriendo a la puerta trasera para entrar al "estadio". Era el patio trasero de la tienda. Sin embargo, se encontraba bien amueblada a pesar de estar al aire libre. Contaba con gradas y un tablero donde se mostraba un puntaje de 10000. Así como con una pequeña fuente de sodas y un bebedero.
Ambos contrincantes sostenían a sus cometas en el suelo. Y comenzaron a operar los controladores.
-¿Qué significa ese 10000 en las pantallas? -preguntó Ai al vendedor.
-Son los puntos de vida del cometa. -respondió éste. -Los cometas tienen un sensor de golpe. A medida que van peleando, se va sensando el choque. Te descuentan puntos si golpeas el cometa, pero al cometa golpeado se le descuentan muchos más. Hay dos modalidades: sin límite de tiempo y con límite de tiempo. En el primero, el que llegue primero a cero es el perdedor. En el segundo el perdedor es el que tenga el menor puntaje al sonar la campana. Y veo que ellos eligieron con límite de tiempo. También si uno de ellos cae al suelo, es un knock out instantáneo.
-¿Y el Ultimate Tournament qué modalidad tiene? -preguntó Ai.
-Con límite de tiempo desde la fase eliminatoria a los octavos. Sin límite a partir de los cuartos de final.
-Kaito... -dijo en voz baja Ai mientras veía a su amigo en el estadio.
En ese momento sonó la campana, dando a notar que era momento de que comenzara la pelea. El Quake 5000 de Hayato contra el Gear 7000 de Kaito. Con solo levantarse del suelo, comenzó la "danza" de cometas, si lo podemos llamar de esa forma. El cometa de Hayato comenzó con el ataque, remataba por arriba y por abajo, arrinconando a Kaito de forma casi inevitable.
-¡Kaito! -gritó Ai viendo cómo su amigo iba perdiendo. -¡Haz algo! ¡Muévete por un lado, lo que sea, pero haz algo!
-¡Eso intento, pero...! -gritaba Kaito desesperado, intentando controlar su cometa, pero sin lograr muchos resultados.
-¿Qué te parece, Kaito? -gritaba Hayato con la mirada totalmente perdida, enfocándose solo en el cometa. -¿Qué se siente que se burlen de ti?
-¿De qué estás hablando? -preguntó Kaito bastante extrañado.
-¿Acaso tienes amnesia? -gritó de nuevo Hayato bastante furioso. -¿No te acuerdas cómo te burlaste de mí después de que me estaban molestando?
-¡Eso es una locura! -gritó Ai. -¡Kaito no se estaba burlando de ti! ¿Crees que lo haría, después de que todos se mofaban de él por no tener un cometa?
-¿Qué dices? -preguntó Hayato.
De pronto, y como si emanara una fuerza escondida en el cometa de Kaito, éste logró escapar de la paliza que le estaba dando Hayato, y logró pasar a ser el golpeado, a finalmente atacar, llegando a poner al cometa de Kaito por debajo de los 6000 puntos.
-¡También se burlaban de mí por no poder tener un cometa! -gritó Kaito. -¡Si te invité a la Kite Shop, fue para que me acompañaras a ver cometas y ver si te gustaban! ¡Desde pequeño amo las Kite Wars, y quiero que todos mis amigos las conozcan, las vean, y las disfruten como a mí me gustan!
-¿Dijiste... amigos? -preguntó Hayato, intentando contener el llanto.
-Sí Hayato. -le respondió Kaito. -¿Acaso no quieres ser mi amigo?
-Jamás alguien me había propuesto ser su amigo... -comenzó a sollozar Hayato, recordando su eterna soledad desde que tenía uso de razón.
Hayato Asano, el niño genio de la primaria donde estudiaba. Desde que aprendió a hablar, había sido el orgullo de sus padres, dando muestras de su inteligencia fuera de lo común. Pero en el ámbito social siempre había sido un desastre. Todos los chicos de su edad lo tachaban de nerd, y era muy raro que alguien quisiera jugar con él. Siempre creció solo, falto del afecto de chicos de su propia edad, siendo relegado siempre cuando se trataba de alguna actividad en equipo. Desde niño a escondidas veía las Kite Wars, porque sus padres se lo habían prohibido. Y por eso era la burla de la clase. Eso se acentuó cuando Kaito comenzó a tener un cometa y a pelear con él.
-Kaito... -respondió Hayato enjugándose las lágrimas. -He estado peleando por venganza, para demostrarle a todos que yo también puedo ser como ellos...
-¿Y por qué no peleas como en realidad quieres ser, y no como otros? -preguntó Kaito desafiándolo.
-¡Pues ya dijiste! -gritó Hayato.
Fue en ese momento que Hayato sacó de su mochila una libreta y un lápiz, los movimientos de sus manos eran borrosos, apenas se dejaban ver. Estaba calculando resistencia del viento, gravedad, humedad, temperatura y el peso de su nuevo cometa.
-¡Lo tengo! -gritó Hayato.
Así, Hayato comenzó a mover las palancas de su controlador, haciendo que el choque enfrentamiento de ambos cometas no lograra decidirse por un lado o por el otro. El marcador de la contienda estaba bastante cerrado, ya llevaban alrededor de los 4000 puntos y solo faltaban 30 segundos para terminar este enfrentamiento.
-Ese chico Hayato sabe mover bien a su cometa. -respondió el vendedor, quien también se encontraba en las gradas junto a Ai.
Ai parecía estar emocionada por ver esa pelea, muy raro en ella. Y más sabiendo que las Kite Wars no son muy populares entre las chicas.
-Veo que te gustan las Kite Wars... -respondió Kaito más emocionado que de costumbre. -Pero si quiero participar en el Ultimate Tournament, ¡no voy a perder contra ti!
Justo en ese momento, Kaito dio un golpe certero en la cola del cometa. Un segundo después, la campana sonó, indicando que la pelea había terminado. Y el marcador había registrado al ganador: Kaito Ichihara con un puntaje de 2387, sobre un exaltado Hayato Asano con un puntaje de 2383. Se escucharon los gritos de júbilo entre el público para celebrar al ganador.
Kaito se acercó al atril donde se encontraba Hayato, y le estrechó la mano.
-Fuiste un buen peleador. -le respondió Kaito a Hayato.
-Muchas gracias. -contestó Hayato con lágrimas en sus ojos, abrazando con fuerza a Kaito.
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-¿Que cómo conseguiste ese cometa? -gritó Ai algo desconcertada.
Después de terminar la pelea, Kaito, Hayato y Ai fueron a tomar unas bebidas en la Kite Shop. Comenzaron a platicar, y a celebrar el comienzo de una nueva amistad. Pero de pronto salió a relucir el asunto de cómo Hayato había conseguido su cometa.
-Unos sujetos de traje negro me lo entregaron... a cambio de...
-¿A cambio de qué? -preguntó Kaito.
-A cambio de que te venciera en una pelea. -respondió Hayato.
-¿Unos sujetos de traje negro? -preguntó el vendedor, quien se encontraba acomodando las refacciones de los cometas en los anaqueles, pero atento a la conversación de los chicos. -¿Y qué pretendían con eso?
-Dijeron que querían los Kite Cores inservibles. -le contestó Hayato. -No sé por qué querían eso...
-Son los mismos sujetos de traje que te atacaron a ti, ¿o no? -le preguntó el vendedor a Kaito. -¿Acaso querían los Kite Cores que tienes?
-¿Acaso cree que ese tal Justice Kiter le haya robado esos Kite Cores a esos sujetos, y ahora los quieran recuperar? -preguntó Kaito.
El vendedor se quedó congelado por unos segundos. No respondió nada en ese instante.
-Probablemente... -respondió con voz entrecortada el vendedor. -Pero el Justice Kiter te los entregó a ti en vez de quedárselos para él solo. ¿O no?
-Dijo que me los prestaba para poder pelear y ayudarlo a detener a esos sujetos. -respondió Kaito. -Pero cuando se los iba a entregar, desapareció tal y como había aparecido.
-Es muy extraño todo esto... -respondió el vendedor. -¿Podría ser que Maruyama se dio cuenta y está haciendo lo posible por destruirnos?
-¿Dijo algo, señor? -preguntó Hayato.
-¡Decía que ya se está haciendo de noche y debo cerrar la tienda!
-¡Y no has hecho tus deberes, Kaito! -gritó enfadada Ai.
-¿Tienes qué repetírmelo todo el tiempo? -respondió enfadado Kaito.
Y así, la discusión entre los tres chicos se prolongó por unas calles más, después de cerrar la Kite Shop. Mientras tanto, el vendedor de la tienda intentaba calmarse, pero le era imposible.
-Haruto... -se dijo en voz baja. -Se nota que no me perdonarás por lo que te hice... ¿Pero piensas arriesgar a ese chico solo para cumplir tus deseos?
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-¡Son unos idiotas! -gritó una voz en la pantalla del celular. -¡¿Le entregaron un cometa de último modelo a un niño pensando que podría vencer al hijo del doctor Ichihara?!
-Lo... lo sentimos, señor... -contestó la chica del grupo de los tres de traje.
Era ya de noche, y los tres se encontraban en uno de los tantos callejones solitarios de la ciudad.
-Bueno, no importa. -respondió de nuevo la voz que provenía del celular. -Aún tengo dinero de sobra, un cometa menos no nos hará mucho daño. Lo que me importa son los Kite Cores que tiene el hijo de Ichihara.
-Señor Maruyama... -respondió otro de los sujetos. -Creo que tengo un plan para obtener esos Kite Cores, y de paso deshacernos del Justice Kiter.
-No es necesario que se deshagan de él. -respondió de nuevo la voz. -Solo tráiganmelo malherido, quiero que sufra y que pague por su traición.
-¡Entendido, señor! -gritaron dos de ellos al unísono. El tercero no lo hizo.