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Capitulo 3

``¿Qué significan esas pintadas? No puedo entenderlo, demasiados colores, demasiados…trazos unos sobre otros. No hay patrones identificables, no hay un orden que seguir, no hay límites que indiquen hasta dónde o en qué lugar pintar. Mi-mis manos…¿Por qué recuerdo haber sentido esa sensación en ellas antes? Nunca realice prácticas como estas, ¿no? ¿De qué sensación estoy hablando? Solo es pintura, pero…hay algo más. No puedo entenderlo. ¿Dónde está la paz? ¿O está aquí, impregnando todo esto, y yo no soy capaz de verla? Pues esto no me transmite paz, no, es algo más, es…desorden, es…´´

_ Veo que admiras la belleza de los colores _ las palabras de Paul fueron como un ladrillo que rompió la ventana de pensamientos de Dirts Strom. Su mente comenzaba a formular extraños análisis del ambiente que lo rodeaba en un intento casi desesperado de sobrellevar la estadía en este lugar, que ya se le hacía aburrida e insoportable. Desgraciadamente, Brian no tenía la descortesía como para expresar sus sinceros pensamientos acerca de todo esto como lo harían, por ejemplo, Johan o Ricardo, más aún considerando que estas personas trataban de ayudarlo. Hablando de eso…

_ Oye, Paul…_ logro decir Brian mientras aún contemplaba la pintura en sus manos _ ¿Sabes si Herman viene en camino? _.

_ Oh, rayos. Me mandó un mensaje hace como media hora preguntando la dirección, gracias por recordármelo _ el extraño sujeto se levantó del banquito donde estaba y se alejó para enviar el mensaje, Brian, por su parte, dio un suspiro entre una mezcla de cansancio y frustración.

El héroe se levantó de su pequeño asiento y busco algo con que entretenerse hasta la llegada del oficial, al mismo tiempo que agitaba las manos en el aire para secar la pintura de estas. No quería volver a perderse en sus pensamientos, pero no había muchas otras opciones. La mayoría de actividades ya habían cesado y los miembros de Pazana solo estaban sentados alrededor de estas pequeñas mesas circulares, hablando, haciendo ``manualidades´´ y demás cosas de ese estilo.

Su atención al final se centró en uno de los miembros, un sujeto que había llegado hace como 2 horas. Vestía con una campera impermeable de color beige, una gorra, a pesar de estar dentro de un establecimiento, y un jean de color azul claro, bastante casual, pero resultaba raro o cuanto menos llamativo estando en un lugar como este. Dirts Strom se acercó al tipo, buscando iniciar una conversación, quizás, aunque el susodicho se veía algo…nervioso, por así decirlo. Un largo cabello castaño estilo mullet cubría su nuca, su labio superior estaba adornado con un bigote que se relamía periódicamente mientras observaba sus alrededores de reojo.

_ Hola _ saludó Brian.

_ Ah, Dirts Storm. En verdad estás aquí _ le respondió el tipo tras moverse de la pared sobre la que estaba reclinado. Brian se extrañó un poco antes sus palabras, después de todo había sido el centro de atención como por 7 horas y este tipo había llegado hace 2, pero no le dio mucha importancia, todos aquí eran algo extraños.

_ Jeje, si. Emh…¿Ocurre algo?_ preguntó. El tipo tenía una sonrisa pero su mirada era extraña, con los ojos bien abiertos pero tensionados, esto en conjunto le daba una vibra algo maliciosa.

_ No, nada. De hecho estoy muy feliz, feliz de que estés aquí con nosotros. Para nosotros eres una inspiración, un símbolo _ respondió temblando un poco.

_ No es necesario exagerar, solo quiero hacer lo correcto _ dijo Brian con humildad y apartando la vista con cierta vergüenza, se sentía halagado por sus palabras.

_ No es exageración, tú les demostraste sus falencias, demostraste la ineptitud que los impregna _ sus palabras esbozaban pasión, apretaba sus puños con fuerza mientras relataba los actos de Dirts Storm con orgullo. Brian volvió a centrar su vista en él. La sonrisa de pena y ese sentimiento de calidez se borraron lentamente mientras analizaba lo que aquel tipo había dicho.

_ ¿Cómo dices? No te entiendo _ el hombre de la gorra se rió entre dientes ante las palabras del héroe, luego lo tomó por los hombros.

_ Vamos, ya deja esa modestia. Tu y los Ángeles de Lukrania son lo que el movimiento estuvo esperando por años, verdaderos emisarios del caos _ Brian no terminaba de comprender lo que estaba escuchando. ¿En qué momento ellos habían dado ese mensaje?

_ No _ fue lo único que salió de su boca mientras se quitaba las manos de aquel hombre de encima.

_ ¿Cómo que no? Eres Dirts Storm, tú llevas a la mugre, la mugre al desorden, el desorden al caos y el caos a la anarquía. Usaste a los detestados del sistema para mostrarle que estaba equivocado _.

_ ¿De qué estás hablando? Ese nunca fue nuestro objetivo, solo queríamos hacer el bien, liberamos a la ciudad del mal y trajimos la paz, ¿no es eso lo que ustedes buscan?_ el extraño borró su sonrisa al oír las palabras de Brian, pero la recuperó forzosamente poco después.

_ Mientes _ dijo señalando con el dedo _ Es otra de tus bromas, ¿verdad?_ agregó entre risas.

La mente de Dirts Storm empezó a dar mil vueltas, empezó a recordar sus pensamientos anteriores, a atar algunos cabos en cuanto a la ideología de estas personas. ¿Acaso…?

_ ¡El viejo Herman ya viene para acá!_ irrumpió Paul en la conversación _ ¿Todo bien, hermano?_ pregunto al ver la expresión en la cara de Dirts Storm.

_ Cuidado con este, Paul. Le gusta contar chistes _ dijo el de la gorra.

_ Entonces lárgate, eres bien lerdo para entenderlos _ le respondió Paul, a lo que ambos soltaron una carcajada y el tipo se fue a otra parte.

_ ¿Quién era ese?_ preguntó Dirts Storm.

_ Es el loco Blas. Se pone medio deschavetado de a ratos pero es buena honda. Ven, vamos al pazmitorio _ Paul lleva a Dirts Storm a una habitación improvisada en la parte de atrás del salón, a la cual hay que entrar por su ``oficina´´. Tras dejar al héroe aquí se vuelve a la zona principal a esperar a su hermano.

Tras unos 10 minutos el policía por fin llega. Quien lo recibe es el propio Paul, que tras un extraño reencuentro fraternal lo guía hasta la misma habitación donde estaba Brian, sin decirle al oficial que este estaba aquí, claro. Herman estaba un poco más arreglado que cuando hablo con el Líder esa mañana, no llevaba su uniforme, siendo que aun no volvía a estar en servicio, pero parece que aun así su figura como tal era reconocible, evidenciado esto por las atentas miradas de los demás miembros de Pazana sobre él.

_ Creí que la dirección era de tu casa. ¿Para que me hiciste venir, Paulo?_.

_ Pues al fin y al cabo esta es mi casa, y ya vas a ver que tu presencia era muy necesaria _ respondió críptico el hippie. Ambos entraron en la ``oficina´´ de Paul, y este último se adelantó a la puerta que conduce a la parte trasera de la misma.

_ Puaj, ¿qué es ese olor? ¿Tenes algo muerto acá o…?_ el oficial se queda sin palabras cuando su hermano abre la puerta. La misma daba entrada a una habitación poco iluminada, con unos almohadones en el suelo a modo de sillas formando un círculo, un bonsai con trozos de cuarzo blanco clavados en la tierra, y último pero no menos importante, a Dirts Storm.

El héroe y el policía intercambian miradas unos segundos, luego este último da media vuelta y se dirige a la salida pero su hermano lo intercepta.

_ Herman, Herman. Espera un poco, hermano _.

_ Apártate _ dice tratando de quitarlo con su brazo.

_ Mira, mira _ dijo poniéndose firme frente a él _ Mi amigo Dirts Storm tiene un problema de paz, vino buscando ayuda para que lo ayude a que te ayude a hacer las paces con el. No nos dejes tirados _.

_ ¿T-Tu amigo?_ Herman giró su cabeza y volvió a ver a Dirts Storm sentado solo en aquella habitación.

_ Anda, viejo. Hazlo por nuestros padres que me los tenga el cielo en la gloria _.

_ No estan muertos, tonto _.

_ ¿Ah no? Como abunda la desinformación en estas épocas. Pero bueno, ¿aceptas?_ Herman se lo piensa indeciso un rato, vuelve a ver a Dirts Storm, luego a su hermano, luego a Dirts Storm y así por unos momentos.

_ Está bien _ dice luego de dar un suspiro.

_ ¡Perfecto! ¡Que viva la paz!_ todos los presentes comenzaron a aplaudir mientras Paul llevaba a Herman al pazmitorio.

Ya en otro lugar no era paz lo que llenaba los corazones de los presentes.

_ ¡Ay! Hippie y la concha de tu…_ murmuraba Armstrong en las escaleras exteriores del museo mientras se quitaba las últimas rosetas de su cuerpo. A los pocos segundos se comienzan a escuchar sirenas y en un instante la policía arribó al lugar, seguidos por los miembros de los Ángeles que estaban disponibles en la ciudad _ Al fin llegan, viejo…¿Quien sos vos?_ pregunta al ver al emo que acompañaba a Metal Man y Professor Mark.

_ Qué te importa _ le responde este.

_ Bue, pendejo y la pu…_ Mark lo interrumpe.

_ ¿Qué fue lo que pasó?_ preguntó el lingüista.

Armstrong los guía por el oscuro interior del museo y les explica toda la situación con el tal Crisento, además de quejarse mucho sobre lo aburrida que fue su tarde, luego los lleva a la habitación que el susodicho había llenado de papeles con rosetas. Una vez ahí, el Professor Mark advierte la presencia de unas palabras en el piso descubierto entre los papeles por la acción de Armstrong al salir.

Considerando lo que el vigilante de mano dura les contó acerca de que este artista deja pistas en forma de poemas, organiza a los demás para quitar toda la basura del piso y así apreciar mejor el mensaje.

Y de eso se trataba, otro poema similar a los anteriores, con los mismos garabatos a un costado de las palabras, ¿tendrían algún significado también? Quien sabe. Aquel mensaje decía lo siguiente:

``Se testigo, ciudadano´´

``Con el ángel y el pueblo a cada lado´´

``Al sistema ve caer apabullado´´

``Sonríe feliz, la paz se te ha otorgado´´

_ ¿Qué significa esa pavada?_ preguntó el vigilante de mano dura.

_ It escapes my understanding _ respondió el lingüista, que analizaba cada trazo y palabra en busca de entender el mensaje. Metal Man por su parte estaba parado sin hacer nada, y Emoon admiraba la oscuridad del lugar, pero se disgustaba con los colores vivos en algunas obras que le recordaban el positivismo.

_ Se testigo…_ pensaba Crownwell, que había tomado el control del cuerpo otra vez _ El imbécil quería ser visto esta vez, de seguro esperaba que una gran publico viniera a verlo, pero solo vine yo _ dedujo a la vez que se burlaba del artista.

_ Y te esperaba, de ahí debe venir eso de ángel _ agregó a la conclusión Mark.

_ Sistema caído, paz, boludeces así decir aquel pelotudo que dar piedras _ mencionó Metal Man.

_ Todos estos locos dicen cosas parecidas, pero este era más del tipo anarquista, y el hermano de Herman no es de esos, solo es un hippie pacifico _ menciona Johan, no creyendo que ambos sujetos están relacionados.

_ Mai hooiaio loa _ dijo Mark mientras pateaba unas hojas del piso que tapaban a medias un símbolo. Ahí, frente a ellos, aquel extraño logo de paz ``mal dibujado´´. El Líder frunció el ceño con sorpresa y asombro, no podía creer lo que estaba viendo y lo que eso implicaba _ Pazana…_ agregó Mark con su elegante porte parado junto al logo.

The story has been taken without consent; if you see it on Amazon, report the incident.

Emoon y Metal Man solo observaban la situación con indiferencia, sin tener la más mínima idea de lo que aquel dibujo era o lo que representaba.

= ¡Si! Nada como una buena excusa para darle masa a los hippies = decía Armstrong con una gran sonrisa.

_ Supongo que debemos hacerle una visita a esos ``pacifistas´´, ¿alguno sabe donde se reúnen por las noches?_ los presentan se observan mutuamente mientras se encogen de hombros excepto por uno.

_ Hey _ el espectro emo llamó su atención _ Este símbolo se parece al de este papel que agarre mientras veníamos _ se trataba de unos de los carteles que Pazana colocaba en los postes y demás lugares a modo de promoción del grupo. Crownwell toma el cartel y rápidamente nota la dirección escrita al final del mismo.

_ Muy bien, ¿pero por que agarraste esto y lo trajiste hasta acá?_ le pregunta el Líder.

_ Ah, ¿qué sé yo? Tenía ganas _.

Volviendo con Dirts Storm. Este y el oficial Herman estaban sentados el uno frente a el otro en aquella ronda de almohadones, a su alrededor estaba Paul, encendiendo sahumerios y velas aromáticas que llenaban el ambiente de una bruma que nublaba un poco la vista.

_ Yo…_ trato de decir Brian, pero el representante mayor de Pazana lo interrumpe.

_ Pa pa pap _ dijo poniendo un dedo en la boca para callarlo _ Primero debemos proveer un ambiente adecuado para que sus energías cuánticas puedan pasar del uno al otro correctamente _.

Herman volteaba los ojos con una cara que casi gritaba que en cualquier momento se marcharía. Tras terminar de ahumar la habitación y de darles un trozo de cuatro blanco especial a cada uno, Paul permitió que hablaran.

_ Oficial, yo…_ se tomó una pausa antes de continuar _ Sé que cometí actos horribles en el pasado, pero debe creerme cuando le digo que ya no soy el mismo _.

_ Eso es difícil de creer. A mi parecer te ves igual, igual a aquel monstruo que se paraba orgulloso entre los cadáveres aquel día _ respondió cortante el policía. Brain agacho la cabeza con tristeza.

_ Oye, oye. No seas tan brusco _ le dijo Paul a su hermano, pero este lo ignoró.

_ ¿Para ti era un juego? ¿Te aburriste de eso y por eso ahora vas de héroe?_ pregunto sin mediar palabras.

_ La maldad corrompió mi ser, me guiaba por caminos que ahora veo con asco y me arrepentiré por siempre por los actos que cometí en esos días _ respondió mientras observaba su mano que carecía de pulgar _ Pero pude extirparla, y desde entonces he hecho todo a mi alcance para buscar la redención _.

_ ¿Hablaste con los familiares de las víctimas? _ le preguntó el oficial. Dirts Strom se quedó en blanco. No, no lo había hecho, se había esforzado tanto en sepultar su pasado en vez de aceptarlo que jamás se dignó a buscar a quienes lastimó de forma directa en el pasado, no tenía el valor de hacerlo _ Me lo imaginaba _ Herman se levantó y se dirige a la puerta. Paul se acercó para detenerlo pero algo más lo hizo.

_ ¡Lo siento!_ exclamo Dirts Storm desde su lugar _ ¡Lo siento muchísimo!_ se lamentaba con la voz quebrada _ Se que usted piensa que soy un mentiroso, pero mi cambio es real _ bajo su tono y desvió la mirada _ Aunque tal vez no lo he hecho bien…_.

Herman observó a Dirts Storm, estando ahí, vulnerable, arrepentido. No terminaba de confiar del todo en eso, pero sin duda era algo raro verlo en este estado. No se imaginaba al Dirts Storm que persiguió en el pasado en este estado, eso fue suficiente para hacer que volviera a su asiento.

_ No puedo borrar mi pasado, he intentado hacerlo desde hace meses pero simplemente…_ hundió su cara entre sus manos pintadas con fuerza _ Soy Dirts Storm _ agregó dirigiendo la mirada al policía.

_ Me ocurre lo mismo _ finalmente volvió a hablar el oficial _ En todos lados veo tu cara, noticias, posters, en todos lados te aclaman con el que salvó Lukrania, pero al verte solo puedo pensar en aquellos días, aquellos días donde salia de mi casa con temor para ir a trabajar, no tanto por lo que me pasara sino por lo que me encontraría, que cosa habrías hecho esta vez _.

_ ¡Perfecto! Un punto de similitud _ exclamó Paul, a lo que los otros 2 le dirigieron una mirada poco amistosa _ Uy, lo siento. Continúen _.

Mientras esto ocurría, alguien llamaba a la puerta en la entrada al salón, se trataba de Crisento Perez, que tras ser recibido fue muy triste a sentarse en una de las mesas. A su encuentro fue el tipo de la gorra con el que Dirts Storm había estado hablando antes.

_ ¡Crisento! _ dijo con entusiasmo _ ¿Cómo te fue en tu misión artística? ¿Los explosivos que preparé funcionaron bien?_.

_ Si, Blas. Pude terminar la obra _ respondió cabizbajo.

_ ¡Muy bien! ¡Hay que salir a las calles! ¡Que viva la anarquía!_ todos los demás miembros vitoreaban junto a Blas, pero este rápidamente noto la actitud disonante de Crisento _ ¿Qué pasa?_.

_ No, Blas. Ellos no entendieron la obra, y los Ángeles no apoyan la causa como pensábamos. ¡El señor Cromel dijo que era basura! ¡¡Basura!!_ Crisento rompió en llanto sobre la mesa, pero el resto de miembros de Pazana estaban tan eufóricos que no lo notaron, a excepción del propio Blas.

_ Diablos…_ dijo pensativo. Quizá Dirts Storm no estaba bromeando con él después de todo _ Bueno…, supongo que podría ser peor. Ya nos organizaremos para meter el mensaje en la gente de alguna otra forma _ Crisento se limpia las lágrimas y mocos con la manga de su buzo.

_ ¿Tú crees que podremos?_ preguntó de forma lastimera.

_ Por supuesto, solo es cuestión…_ se ve interrumpido cuando entre los vitoreos de sus compañeros escucha que alguien llama a la puerta, por lo que se levanta a atender _ ¿Si?_ dice ni bien abre la mirilla.

Frente a la puerta estaban Metal Man, el Líder, Professor Mark y Emoon, con un montón de policías tras ellos. No se veían muy amigables.

Regresando al interior del pazmitorio. Brian y Herman habían conseguido entablar un diálogo más ameno. Pudieron encontrar algo en lo que compartían opinión, el odio por Dirts Storm, al menos por el del pasado, y de cómo este había dejado una marca imborrable en sus mentes.

El desprecio en las palabras de Brian convenció a Herman de que el cambio en el ex-villano era genuino, y volvía la historia de que toda su maldad se fue junto con su pulgar más creíble.

Hablaron durante varios minutos acerca de varios temas luego de eso. ¿Qué es la justicia? ¿Lukrania tiene salvación? ¿Trash City tiene posibilidades de resurgir? ¿Crownwell dejó realmente de ser corrupto? Entre otras cuestiones.

Paul, o Paulo, como era en realidad su nombre original pero luego se quitó la O porque le recordaba al odio, observaba la interacción con una sonrisa de satisfacción, había logrado que 2 individuos alcanzarán la paz entre ellos. Un molesto escándalo que venía del otro lado de la puerta perturbaba el calmado ambiente.

_ ¡Hey! ¡Ya bajenle!_ gritó el hippie a sus compañeros tras entreabrir la puerta para luego cerrarla rápidamente.

Su voz perturbó más la calma que los ruidos que buscaba acallar, pero no tardaron en volver a su charla pacífica, que tars un par de minutos mas llego a su fin.

_ Me alegra que hayamos podido sentarnos a resolver nuestras diferencias, oficial _ dijo Dirts Storm.

_ Igualmente, Brian. Cuando desperté estaba en un mundo patas arriba, quizá por eso me negué a pensar que de verdad habías cambiado _ respondió el policía.

Ambos se levantaron de sus almohadones y caminaron hacia la puerta. Herman extendió su mano a Dirts Storm, éste lo observó unos segundo y le correspondió el apretón.

_ Entonces…, ¿somos amigos?_ pregunto el sucio.

_ Digamos mejor… colaboradores en traer justicia a la ciudad _ le respondió Herman con una sonrisa.

_ ¡Bien hecho, muchachos!_ exclamo Paul envolviendo a ambos entre sus brazos _ Sabia que podrían alcanzar la paz. Ahora vamos a entonar unos cánticos de aire para celebrar _ Paul comenzó a hacer extraños movimientos y sonidos con la boca.

_ Mejor otro día…quiero volver a mi casa a descansar, mañana vuelvo al trabajo _.

_ Si, yo también debería volver con los otros _.

_ Lastima, pero bueno. Tomen _ les da un trozo de cuarzo a cada uno.

Los 3 abandonan el pazmitorio y atraviesan la ``oficina´´ de Paul para ingresar en el salón principal.

Los hombres se sorprenden cuando al contemplar el lugar no hay ningún miembro de Pazana, en vez de eso el sitio estaba lleno de policías que tomaban fotos, recogían pruebas y tomaban notas de lo que veían. Además de la policía quienes estaban ahí también eran los Ángeles de Lukrania. Mark meditaba sobre una de las mesas redondas mientras que Emoon estaba sentado en uno de los banquitos junto a esta, limpiando su guadaña de cabellos y pinturas. Metal Man estaba apoyado contra el escenario, ajustando las cuerdas de su guitarra, y cerca de él estaba el Líder hablando con unos policías.

_ ¡Caramba! ¡Los federales!_ se asustó Paul _ ¿Saben que, amigos? Creo que yo también tengo que levantar vuelo _ el hippie se escabullo hasta los baños, donde aprovechó para huir por un ventiluz.

Dirts Storm se quedó muy confundido y sin palabras ante la situación. Por su parte, Herman se tomó la entreceja con frustración, levantando la mano ocasionalmente para corresponder los saludos de sus colegas.

_ ¡Eh, Brian!_ Crownwell se aproximó a ellos para saludar al susodicho _ Te perdiste la acción _ rápidamente notó su expresión confusa _ ¿Estás bien?_.

_ Si _ respondió tras un par de segundos que usó para procesar todo _ Me siento bien, me siento…satisfecho _ agregó con una sonrisa.

= Yo también = mencionó Armstrong entre risas mientras se tronaba los puños.

_ ¿Ok?_ Johan estaba un poco confundido por la respuesta de Brian pero realmente no le interesaba mucho, así que dejó pasar el asunto y cambió el tema. Iban a irse junto con los demás, después de explicarle quién era el emo, claro, pero antes de eso noto la presencia de Herman _ Hey, te ves menos roñoso que en la mañana _.

_ Callate _ le respondió el policía antes de irse del lugar.

Nuevo día, nuevo amanecer, nuevos problemas que atender, esto era básicamente la rutina de Dirts Storm y los demás desde aquel día. Los cambios nunca son fáciles, la gente se resiste a ellos, forcejean, patalean, escupen en la cara de quienes lo proponen, es normal. Los héroes como Brian son conscientes de esto, saben que será difícil, pero también saben que con cada acción realizada, ya sea limpiar basura en la calle, detener ladrones, insultar artistas o apalizar hippies, hacen que el sueño de cambio sea una realidad más cercana. Una realidad donde el mal arraigado en la sociedad desaparezca, donde la gente salga tranquila por las noches, donde tengan héroes en quien confiar. No es simple, a veces toman tu mensaje y lo deforman para sus propios intereses personales, a veces el antiguo centro de todo quiere enfrentarte porque te ven como una amenaza. Al final la cuestión siempre es ser perseverante, resistir los golpes y levantarte para demostrar lo que eres, no un enemigo público o un terrorista, un héroe, uno que trae la radiante luz del cambio para eliminar la oscuridad y dar calidez.

Pero cambiar no significa enterrar el pasado, como quiso hacer el Brian, es enfrentarlo para resurgir como algo mejor, si reconoces tus errores podrás corregirlos, si los ocultas, tarde o temprano volverán.

No importa que tan profundo este enterrado el pasado, siempre puede resurgir.

En las profundidades de la tierra, bajo las calles, bajo las enrevesadas alcantarillas, inclusive bajo las enterradas bases gubernamentales que tanto se esfuerzan por mantener en secreto, algo se mueve.

Las rocas y la tierra se ven perturbadas por algo que se arrastra sobre el oscuro suelo que en años no ve la luz. Las entrañas del mundo son recorridas dificultosamente por un ser ajeno a ellas, ajeno al mismo mundo en realidad. Clava sus garras en la penumbra de la cueva y usa todas las fuerzas que le quedan para arrastrarse humillantemente por ella. Sus ojos, inútiles aquí abajo, se fijan al frente, no puede ver nada, pero está decidido a avanzar, movido en parte por un odio y deseo de venganza digno de un demonio, y es que eso era, Cab Al.

La gárgola monocromática estaba irreconocible, aquellas hormigas lo habían magullado, habían devorado sus ya desde antes maltrechas alas. A pesar de todo, y de que habían cavado muy profundo, no pudieron enviarlo de regreso al infierno. Quizás estaba en lo cierto al afirmar que ningún ser o seres mortales podían derrotarlo, o no definitivamente al menos.

Arrastrándose en la oscuridad se topó con una pared de roca, la cual comenzó a arañar y a arrancarle guijarro por guijarro. Este comportamiento no era nuevo, desde que la Mano Matona había tomado control de la ciudad él se había separado de los demás para excavar violentamente en las cloacas, los otros nunca entendieron el porqué, y francamente tampoco les interesaba tanto como para preguntarle.

Minuto a minuto, manotazo a manotazo, gruñido a gruñido. Los esfuerzos del demonio parecían ser inútiles hasta que algo llamó su atención. Desde la pared de roca que estaba cavando se emite un destello que luego se volvió un estable haz de luz anaranjada que impactó en su cuerpo.

Cab Al esbozo una sonrisa que luego desencadenó en una risa histérica y monstruosa, aún sin perder aquel tono ahogado. Sin perder más tiempo se enderezó como pudo frente al haz de luz y abrió su vientre con sus propias manos para que el rayo impacte en aquella piedra verde que almacenaba su energía. Poco a poco recuperó sus fuerzas y vitalidad, hasta el punto que pudo terminar de romper la pared de roca en solo un minuto. Él solo quería extraer el mineral que emitía esa luz, pero al atravesar la roca se encontró en una galería llena de los mismos.

_ Si…¡Si!_ exclamaba solo en aquella cueva al ver todo ese poder para sí mismo, pero en realidad no estaba solo.

Su sonrisa desapareció en un instante cuando oyó a alguien aproximarse tras de él. No era el hecho de que no estuviera solo ahí abajo lo que en cierto modo le preocupaba, sino el cómo este ser tomaba su presencia. Sus pasos no eran apresurados, no era el andar veloz de alguien que huía o que buscaba hacer un ataque veloz por la espalda guiado por el miedo o el nerviosismo, no, era alguien que con toda la calma del mundo fue a su encuentro.

Sobre unas rocas e iluminada por el brillo de los minerales se posaba erguida una figura cubierta de pies a cabeza por lo que parecía ser una tela, apenas dejando un hueco a la altura de la cara para poder ver. Cab Al extendió la mano donde tenía el cristal para iluminarlo y poder ver su rostro, y al hacerlo pasó por una serie de emociones, confusión, algo de temor, y luego resignación que dio paso a la ira y el odio.

El demonio corrió hacia la figura y de un salto se colocó sobre la misma gran roca sobre la que estaba. Lanzaba feroces zarpazos a matar, una persona normal podría resultar gravemente herida solo de recibir la fuerza de impacto de los mismos. La figura se limitaba a esquivarlo sin dificultad aparente, aunque de a poco iba siendo acorralada contra una de las paredes de la cueva. Cab Al logró arrinconar a su objetivo, aunque este ultimo no parecía preocuparse por la situación.

_ El guía de la oscuridad reclamara su lugar en este mundo, subyugara a los insolentes que osaron desafiarlo. Tú serás el primero…_ el demonio se lanzó feroz hacia la figura con un zarpazo que podría cortar el más resistente hierro.

Un sonido metálico retumbó en toda la cueva, pero al disiparse esta se vio envuelta en un silencio mortal.

Cab Al observaba con sus ojos vacíos como aquella figura paró su ataque con el brazo izquierdo, cubierto aun entre trapos. El demonio, como si hubiera perdido ya toda esperanza, no se resistió cuando aquel ser coloco ese mismo brazo sobre su hombro y uso el derecho para atravesarlo de lado a lado con tanta fuerza que lo levantó del piso. Al retirar su brazo sostenía la piedra verde que Cab Al guardaba en su vientre, y frente a su agonizante mirada la destruyo.

El ser infernal emite un último quejido ahogado antes de que su esencia se desvaneciera por completo, en su lugar, quedó el cuerpo herido de aquel desdichado que fue usado sin su consentimiento para albergar a aquella criatura. El dealer, agonizando, observó a la figura frente a él, con el brazo cubierto de sangre, su sangre. Otro sonido proveniente del interior de la cueva llamó la atención de ambos.

Fin.

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