Huo Shen siguió a Ming Hao por los pasillos de la academia. La estructura era aún más impresionante de lo que había visto la noche anterior. Estudiantes de todos los niveles se movían con propósito, y los ecos de sus conversaciones y risas llenaban el aire.
"¿Nervioso por el primer día?" preguntó Ming Hao mientras caminaban.
"Un poco", admitió Huo Shen. "No quiero engañar a mi padre ni al Maestro Ren".
"No te preocupes", dijo Ming Hao con una sonrisa talentosa. "Todos hemos pasado por eso. Solo enfócate en tus estudios y el entrenamiento, y te irá bien."
Llegaron a su salón de clases, donde ya se encontraron varios estudiantes sentados en sus lugares. El profesor, un hombre de mediana edad con una barba gris y una mirada aguda, estaba de pie al frente de la clase. Todos se callaron en cuanto Huo Shen y Ming Hao entraron.
"Ah, veo que tenemos un nuevo estudiante", dijo el profesor. "Soy el Maestro Liang. Tú debes ser Huo Shen".
"Sí, Maestro Liang", respondió Huo Shen, inclinando la cabeza respetuosamente.
"Bienvenido a la Academia Tianlong. Toma asiento junto a Ming Hao y prepárate. Hoy comenzamos con una lección sobre la canalización de energías espirituales."
Huo Shen se sentó y sacó su cuaderno, listo para tomar notas. El Maestro Liang comenzó a hablar sobre la importancia de la concentración y el control del espíritu, enfatizando cómo estos elementos eran fundamentales para cualquier guerrero espiritual.
A medida que avanzaba la clase, Huo Shen se dio cuenta de lo rigurosa que sería su formación. Los conceptos eran complejos, pero también fascinantes. Sentía que cada palabra del Maestro Liang estaba cargada de sabiduría.
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Después de las lecciones teóricas, los estudiantes se dirigieron al campo de entrenamiento. Allí, los esperaban otro maestro, un hombre robusto con una cicatriz que cruzaba su rostro.
"Soy el Maestro Zhang", dijo con voz firme. "Hoy evaluamos vuestras habilidades de combate."
Huo Shen mientras observaba a los estudiantes se alineaban y comenzaban a mostrar sus técnicas espirituales. Había una variedad impresionante de habilidades, desde el control de elementos hasta la invocación de espíritus animales. Cuando llegó su turno, Huo Shen respiró hondo y se preparó para demostrar su poder.
"Adelante, Huo Shen", dijo el Maestro Zhang.
Huo Shen cerró los ojos y sintió la energía fluir dentro de él. Su Alma Espiritual, la Llama del Fénix, se manifestó en un brillante resplandor de fuego que envolvió su cuerpo. Con un movimiento decidido, lanzó una ráfaga de llamas hacia un objetivo designado, incinerándolo al instante.
"Impresionante control para tu nivel", comentó el Maestro Zhang. "Pero necesitarás más que eso para destacar aquí. Prepárate para entrenar más duro que nunca."
Huo Shen ascendió, decidió mejorar. La tarde continuó con más ejercicios y combates de práctica. Cada movimiento y técnica lo agotaba, pero también lo hacía sentir más fuerte y enfocado.
Al final del día, Huo Shen regresó a su dormitorio exhausto pero satisfecho. Sus compañeros de cuarto ya estaban allí, relajándose después de un duro día de entrenamiento.
"¿Cómo te fue?" preguntó Jian Yu, levantando la vista de un libro.
"Intenso", admitió Huo Shen, dejándose caer en su cama. "Aunque se que aún estoy por detrás de los otros alumnos creo que me fue bien."
"Lo hiciste genial,pese a solo tener un día aquí tu nivel de control es muy bueno", dijo Ming Hao con una sonrisa. "Vi tu técnica en el campo de entrenamiento. Tienes mucho potencial."
"Gracias", respondió Huo Shen, sintiendo un pequeño calor en el pecho y un poco de felicidad.