La ciudad se sumerge en una noche oscura y tranquila, pero el ambiente en la pandilla Kaut es todo menos tranquilo. Mientras Isaac camina por las calles, una sensación de inquietud por consumir, recordándole la reciente batalla y conflictos que ha presenciado.

En medio de la oscuridad, una figura familiar aparece frente a él: Cris y Leo, dos miembros de la pandilla Kaut, cojeando y con signos evidentes de haber sido heridos.

Isaac : ¡Cris! ¡León! ¿Qué les pasó?

Cris : Fue una pelea con la pandilla de ahorita. Nada grave, solo algunos golpes.

Leo : Pero estamos bien, no te preocupes.

Isaac siente un nudo en el estómago al ver a sus amigos heridos, haciendo cuestionar aún más su participación en la pandilla.

Mientras tanto, en la reunión de la pandilla, Ryu toma la palabra frente a los miembros reunidos.

Ryu : Chicos, tenemos que seguir siendo fuertes y unidos. No podemos permitir que otras pandillas nos pisoteen. Tenemos que mostrarles de lo que somos capaces.

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Isaac escucha las palabras de Ryu con creciente incomodidad. Finalmente, reúne el coraje para enfrentarlo.

Isaac : Ryu, necesito hablar contigo.

Ryu lo mira con sorpresa, pero asiente, invitándolo a hablar en privado.

Isaac : No quiero seguir participando en peleas y conflictos. No quiero entrar a golpear a otras personas. No es lo que soy.

Ryu frunció el ceño, claramente desconcertado por la declaración de Isaac.

Ryu : Isaac, entiendo tus preocupaciones, pero en este mundo, a veces es necesario defenderse. No podemos permitirnos ser débiles.

Isaac : No se trata de ser débiles, Ryu. Se trata de elegir un camino diferente. Un camino de paz y respeto.

La conversación entre Isaac y Ryu se prolonga en la noche, cada uno defendiendo sus puntos de vista con pasión. Al final, aunque no llegan a un acuerdo, Isaac se siente más seguro de su decisión de seguir su propio camino, incluso si eso significa separarse de la pandilla Kaut.