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"Rising Of Hope"
Capítulo 34: "Un Extraño Mundo Pt.1"

Capítulo 34: "Un Extraño Mundo Pt.1"

Capítulo 34: "Un Extraño Mundo Pt.1"

Mientras aquel pecado que difícilmente podía ser perdonado era cometido, algo más allá de ese simple escenario era lo que había quedado pendiente: el viaje a otro mundo, así como se podría considerar la única salida de aquella cárcel en la cual aguardaban todos ellos. Esos cuatro personajes se habrían adentrado en la llama blanca, con el objetivo de salir de aquel oscuro y moribundo lugar. Ahora, su interior era todo un enigma, ya que el tiempo parecía manejarse de distinta manera a como en la vida real; se podría decir que ese mundo oculto era una especie de "sueño lúcido", donde al parecer guardaba un destino específico a cada ser que entrara en él, y este sería el caso.

Ya dentro de la llama, ellos ya habían cerrado la vista al mundo, y después de varios mareos alzaron la mirada a su alrededor, solo para percatarse de la ausencia total de personas en aquel sitio, o por lo menos el mundo quería hacerles pensar eso, ya que la primera en abrir los ojos fue ni más ni menos que, en ocho letras podía ser descrita, una bella dama de color verde, y aunque arrogante, su actitud indiferente se hizo presente en el sitio apenas tocó la tierra, o en este caso, un suelo que parecía perderse la vista, ya que después de quitarse lo poco de melaza que se le había pegado al cuerpo antes de entrar, miró a su alrededor, para quedar sin palabras a lo que sus ojos presenciaban.

Una niebla densa y opresiva cubría todo el paisaje y el suelo. Y poco o nada podía ver más allá de ella. La sensación de sentir la niebla en sus pulmones era sofocante, como si la idea de un suelo firme resultara una cruel ilusión. Bajo esa capa de niebla que aparentaba ser un suelo seguro, se escondía un abismo sin fin, una caída eterna hacia lo desconocido. <<¿Qué era ese lugar donde su figura se paró?>> se preguntaba, mientras se frotaba los ojos para ver de nuevo si era real lo que estaba viendo.

Aunque muchas opciones no tenía, así que apenas se paró sobre el borde de la cornisa, una espesa niebla, que parecía destacar entre las otras nieblas, siendo esta más oscura y menos translúcida como era el otro caso. En fin, comenzó a pisar poco a poco, y era claro su temor por una caída infinita; sin embargo, no parecía ser el caso, ya que ese tipo de niebla oscura le permitía plantar los pies y pasar a través de lo que parecía ser una tierra maldita.

A medida que caminaba y alzaba más los pasos, a la distancia se podía denotar cómo, entre la tenue neblina, se alzaban columnas de piedra y montañas imponentes. Sobre ellas, figuras humanas se retorcían bajo el peso de grandes piedras que llevaban a sus espaldas. Sus rostros estaban marcados por el llanto y la agonía, así como no se podía ver ningún rasgo significativo en ellas, y sus voces formaban un coro de lamentos y recriminaciones. Cada piedra tenía enmarcadas runas, que parecían ser talladas a semejanza de lo que fueron en vida, o por lo menos eso le comentaba una voz que a la distancia se oía.

-------Asi que ya estás aquí -------mencionó una voz, que tenía cierto parecido a la de un familiar cercano, y aunque arcáico, su silueta era borrosa, y su voz era difícil de reconocer, puesto que a menudo distorsionada se tornaba. Ella se acercó a esta figura, esbelta y magna. Solo para cuestionarle el origen de este mundo, a lo que respondió simple: <

En eso, pasaba por las montañas, donde las siluetas de lo que parecían ser condenados caminaban con agobio en círculos, y en escarcela hacia un destino desconocido, así como los llantos y gritos de dolor; la intensidad aumentaba a medida que se acercaban. <>. Con astucia relataba, a lo que ella a él: <>, admitió.

Sin embargo, cuando pasó por el lado de unos cuantos condenados, uno de ellos gritó hacia ella, mientras no dejaba de sostener la roca con la espalda; la llamaba por lo que era, o mejor dicho, por la causante de su tortura eterna. El efecto en dominó se apoderó del lugar, así como quien había sido por segundos su guía se volteaba a ella ante sus plegarias para que los condenados de rostro borroso dejasen de arrogarle piedras de menor tamaño que las que portaban, llamándola de toda clase de maneras. Comentarios insólitos recibía como: "¡Tú eres quien nos condenó a esto!" o "Por tu culpa vivimos en miseria por la eternidad", incluso: "No podremos disfrutar más de nuestra libertad, así como tú, monstruo, condenas a todos los que conoces a vivir en profunda soledad, ya que no puedes imponer ni prestar tu confianza a nadie". ¡¡Todo por un estúpido deseo de superioridad que no existe!!"

Ella se comenzó a tirar atrás y, aunque al principio negaba todo, la superioridad de las críticas hacia su persona tarde o temprano la sobrepasaron. Fue en ese momento donde el guía le preguntó si ella era por quien gritaban, a lo que ella no supo a qué se refería. No fue hasta que la llamó por el nombre de uno de los pecados que son pagados en el purgatorio, "Soberbia".

De inmediato fue cuando, sin previo aviso, una de las piedras que parecían ser idénticas a la que portaban los condenados, ahora cargaba con ella en su espalda. Se le entumecieron las piernas, mas debía el mundo sobrepasar, así que en marcha se puso, mientras recibía escupitajos de los malditos, piedras arrojadas y toda clase de insultos, y todo esto a presencia del guía, quien no hacía más que callar y flotar a su lado.

Fue cuando recibió varias piedras, cuando ya no soportaba el dolor, y las lágrimas comenzaron a escaparse, mientras rogaba para que esto parara. Al mismo tiempo que el guía mantuvo la serenidad, escuchó la voluntad, y aunque mucho no podía hacer, sí podía contarle algo al oído a la vez que caminaban. ¿Acaso las piedras te hacen daño? ¿Acaso los insultos escuchas? Incluso los escupitajos los sientes, ¿o lo estas imaginándolo todo?>> A lo que ella le gritó al guía acerca de que no tenía sentido lo que hablaba, y en respuesta solo calló y continuaron hasta una puerta de luz que se abrió hacia unos decenas de metros más adelante.

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Su alivio se hizo evidente; sin embargo, la puerta de luz no parecía acercarse y, al contrario, parecía alejarse aún más, ya que aún los insultos escuchaba, o quizá eso pensaba ella. <

-------¡¿Entonces, por qué tengo que ser yo quien... cargue con esto?! —Es muy pesado! —reclamaba mientras las piernas le tambaleaban al caminar. No fue hasta unos metros adelante donde su visión se nubló; el peso de la gran roca fue demasiado y se desplomó de lleno contra el suelo. Tras caer, las piedras cesaron, las voces callaron y el gran peso que cargaba en la espalda, que la quebraba poco a poco, ya se había desintegrado en la oscuridad.

Vio a su alrededor, y no podía ver más que una larga oscuridad a su alrededor. No podía ver más que su propia figura, y como si de conciencia propia del mundo se tratase, un espejo se posó frente a ella. Sus ojos se abrieron como platos, mas no por una grata sorpresa, todo lo contrario, ya que su figura, antes enardecida y llena de orgullo, ahora se deformaba y derretía. Con un suave tacto al espejo, se observaba a su reflejo de sí misma de arriba a abajo, como si algo buscara; sin embargo, era ella misma, o por lo menos así una figura horrenda, con los ojos desgarrados y ciega ante el daño, manos sedientas de poder y una sonrisa de oreja a oreja que se enmarcaba, mostrando una risa que era casi imposible escuchar sin querer arrancarse los oídos . Quería hacerle pensar que eran la misma persona.

--------¿S-Se supone que yo... —S-Soy esa c-cosa? ------Tartamudeó, y fue en ese momento donde lo vió todo; todo aquel dolor, el prejuicio y la sospecha eran lo que la habían forjado, pero que la soberbia la había dominado, convirtiéndola en lo que es. A pesar de tan bonita faceta, solo era una fachada de lo que realmente ella era, una insensible, incapaz de conocer sus límites, y aunque todo esto hubiera parecido algo fuera de lo esperado, ya quería uno ver lo que ella era realmente capaz de hacer. Sin embargo, ya no más; se miró de nuevo una última vez al espejo, y su reflejo parecía adecuarse a su figura. Sin embargo, lo que vio allí fue lo que era por dentro, y lo que ella ocultaba detrás de esa cara bonita.

Las puertas que emitian aquella esperanzadora luz se habían abierto, y cuando pasó, creía haber salido de aquel sitio, reconocería esa cultura estructural donde fuera. Sin embargo, parecía haber perdido la capacidad de percibir el color, o quizá, seguía allí dentro. Ya que el cielo, y todo lo que podía ver, eran de un gris claro. Mientras del otro lado se escuchaban las espadas resonar cuando chocaban, y un fuerte grito de guerra que había hecho temblar el piso. Aunque a paso titubeante, siguió adelante hasta doblar la esquina, solo para ver la imagen mas cruda de su vida.

Aquel que se había ganado su confianza, y el unico que no trataba con un real desprecio, estaba agonizando en sus ultimos momentos de vida, y en el cuello, se podían ver dos manos con las venas tan marcadas que parecía que iban a explotar. Las manos eran del propio Kettei, quien de asfixia parecía estar acabando con la vida de Lance. Ella corrió para apartarlo, mas solo tropezó, ya que traspasarlo no habia hecho mas que. Se le empezó a entrecortar la voz, mientras hacia todo lo que podía para que parara, sin exito. <> enardecidamente gritaba, sin embargo los gritos no eran escuchados. Los segundos pasaban, hasta que un tronar de huesos se escuchó resonando en el aire, y la mano de Lance, la cual había alzado al aire, se estampaba contra el piso bruscamente, tal cual como lo había hecho, siendo en ese momento donde parecía estar apuntando a la nada.

Unas lagrimas cayeron por sus mejillas, y caía en sus rodillas al verlo sin vida. No le bastaban las palabras para describir lo que pensaba, tenía la mente en blanco, y solo podía arrastrarse hasta el cuerpo sin vida de aquel guerrero, y mientras se aferraba a el, sollozaba: <> Levantó la mirada hacia Kettei, quien su rostro distorsionado estaba. Y se podía ver como una clase de llamas abandonaba el cuerpo de Lance, y se alejaban.

Aquel guia, que ausente estaba, se paró firme ante aquel personaje, y le explicó acerca de lo que ella estaba viendo era parte de la prueba, y que aun no habia salido, ya que una prueba mas le faltaba para poder liberarse y abstraerse de ese mundo. Esos primeros segundos fueron mas que agobiantes, las manos le temblaban, asi como el labio inferior mientras el guia recitaba alguna clase de verso o canto. Sin embargo era suficiente como para que ella vea a Kettei con otros ojos.

Que clase de broma era esa, gritó, jurando por su vida que lo que estaba viendo no era mas que una ilusion, sin embargo lo que aquel decía no daba indicio de ser erroneo. Fue en eso cuando su mirada llegó a Kettei en tanto escuchó con mas atencion las palabras del guia, el guerrero quien, sin palabras, la observaba mientras esta se aferraba al difunto. <>

La figura, que se suponía ser Kettei comenzó a acercarse mientras se hacía mas borrosa, solo manteniendose sus ojos amarillos, así como todo lo que mostraba con solo una mirada. Se agachó lo suficiente como para quedar a su altura, y por unos segundos se le quedó viendo, solo para incorporarse y alejarse en cuanto pudo, aunque a paso lento, no escuchaba aquel griterio, que terminaría en ella con una profunda tristeza que se guardaba detras de todo ese rencor. Le tomó solo unos segundos acariciar el rostro de Lance por una ultima vez, antes de que este se hiciera cenizas y se esparciera por el aire.

Fue ahí cuando los instantes que vivió en carne propia en aquel extraño mundo parecían pasan frente a sus ojos a una velocidad mareadora, solo para ser arrojada bruscamente de aquella llama. Y cuando quiso incorporarse, el pesar parecía haberse pegado a su alma, así como un punzante dolor en la parte posterior izquierda del torso sentía, como si de un infarto apunto de ocurrir se tratase.

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