En el gran reino de la mancomunidad de Mazovia-Zarokyia, se libraba una guerra sin cuartel contra las razas superiores. Aunque la poderosa nación de 3 millones de kilómetros cuadrados y 500 millones de miembros de los clanes mortales hacía todo lo posible para luchar, se encontraba perdiendo y en una muy mala situación.
En una habitación iluminada por lámparas compuestas por piedras de luz, estaba sentado en el medio de una gran mesa con un mapa ilusorio, un hombre imponente de 2 metros de altura, elegantemente vestido con una hermosa armadura con todo tipo de inscripciones brillando suavemente y portando una corona con el símbolo de un águila y un caballero. A su alrededor había todo tipo de personas reunidas, esperando a que alguien hablara.
Pronto, una de estas personas, un caballero con una gran armadura, movió uno de sus brazos mientras apuntaba a varios lugares en el mapa y comenzó a hablar: "Mi rey, en estos 5 puntos nuestros hombres están combatiendo y se encuentran ganando. Son respectivamente las fortalezas de Smolensk, Vilna, Khotyn, Lwow y Kamianets-Podilskyi. Todas se han desempeñado increíblemente bien, pero solo Smolensk y Vilna se mantienen sin desgaste, ya que el número de enemigos es pequeño porque las fortalezas detrás han retrasado la legión de acero frío de los no muertos. Mientras que de las otras 3, Lwow solo se mantiene en buen estado, pero la presión es muy grande, ya que la legión demoníaca se está abriendo paso por allí."
En un momento, el hombre dio una pequeña pausa antes de continuar hablando: "Lamentablemente, en los otros frentes no se puede decir lo mismo, especialmente en estas 3 regiones al occidente de Lwow: Podkarpackie, Ivano-Frankivsk y Ternopil. Nuestras tropas han sido exterminadas por la élite de la legión demoníaca desconocida y están avanzando rápidamente. Se espera que lleguen a los Cárpatos dentro de 5 a 7 meses si las fortalezas retrasan su marcha. La mayoría de las regiones en combate se encuentra en desventaja, con unas pocas en el estado extremo de estas 3, otras partes importantes se encuentran en un punto medio y muy pocas en buen estado, como las 5 anteriores."
El rey dejó escapar un suspiro de resignación y dijo: "Bien, haz que las tropas del gran ducado de Zarokyia evacuen a todos los civiles y se retiren con ellos hasta Vilna y todos sus alrededores, y establece una zona defensiva con los preparativos para el plan de emergencia. En cuanto al este, haz que evacuen a los civiles y se retiren hasta detrás de los Cárpatos. También que inicien con los mismos preparativos del plan de emergencia…"
Un gran hombre barbudo, sorprendido y agitado, gritó mientras se acariciaba la barba: "¡Pero su majestad, si hacemos eso estaríamos renunciando a la mitad de nuestro territorio! ¿Cómo alimentaríamos a tantos refugiados?"
Otro hombre con armadura y cicatrices en su rostro habló seguido: "Sí, mi señor, nuestras tropas son más que capaces de mantener a raya al enemigo. No debemos rendirnos tan rápido. Apenas han pasado 5 meses desde que comenzó la guerra, aún es pronto para abandonar esas regiones."
El rey se levantó golpeando la mesa y levantó la voz diciendo: "¡¿Me estás diciendo que debo abandonar a mi gente a la muerte?! No me importa si no tenemos alimentos suficientes. Tal vez algunos mueran de hambre, pero dejar a mi gente allí es una garantía de exterminio, ¡eso lo sabes bien!"
El rey, enojado mientras apretaba los dientes, continuó diciendo: "¡Sé muy bien de lo que son capaces mis tropas, generales, pero no somos rivales para el enemigo! Tenemos 10 millones de tropas propias y 5 millones extra, gracias a la ayuda de la unión de los clanes mortales, mercenarios, aventureros, cazadores y naciones vecinas. Pero el enemigo nos invade con unos números de 45 millones por 3 flancos distintos y nos superan en calidad. ¡Tienen un ejército del tamaño de un pequeño país!"
Después de decir esto, el rey respiró hondo para calmarse y continuó diciendo: "No hago esto porque quiera, sino porque no tengo otra opción. Nuestra inteligencia ya descubrió quién es el enemigo y sé que no tenemos forma de enfrentarlo con nuestro poder actual. Antes de que empezara esta reunión, ya tenía decidido este curso de acción, solo que tenía unas esperanzas estúpidas…"
…
Mientras tanto en otro lugar en el gran reino de la mancomunidad de Mazovia-Zarokvia, un ejército de 40 mil personas de todas las 14 razas mortales se reunía. El general del ejército, que estaba en el frente, miraba a un mensajero del clan de los demonios con una expresión de clara frialdad y seriedad, mientras el demonio menor lo observaba con una sonrisa desdeñosa.
—¿Oh, entonces general Lukaz Dabrowski me está diciendo que no le temes a la muerte y que no le preocupa llevarse a sus 40 mil hombres con usted? —dijo el demonio menor aguantándose la risa.
El general Lukaz, guardián del gran reino de Mazovia-Zarokvia, le respondió con una mueca más sarcástica y gritando:
—¡¿Oyeron eso, hermanos míos?! ¡Estos demonios creen que nosotros, los húsares alados celestiales, le tememos a la muerte!
El ejército detrás de él respondió con risas estremecedoras, tan fuertes que el demonio, que había estado con una sonrisa desdeñosa, se sintió molesto y dijo:
—No creo que no sepas las consecuencias de rechazar la oferta de mi señor. Bajo la protección de mi señor, el clan mortal de este mísero reino tendrá garantizada su supervivencia y, además, podrás conservar tu ejército y título.
El general volvió a responder, pero esta vez de manera seria y con una voz solemne y en tono alto, poniendo energía en sus palabras:
—¡Nosotros, los húsares alados celestiales, somos los guardianes de la gran Mazovia! ¡Luchamos en la luz y morimos en la oscuridad! ¡Luchamos en la noche y morimos en la luz! ¡Servimos durante toda nuestra vida y, aunque nuestro destino dicte que tengamos las muertes más horribles, seguiremos sirviendo incluso en la muerte!
El ejército detrás de él repetía la misma frase, uno por uno:
—¡NOSOTROS, LOS HÚSARES ALADOS CELESTIALES, ¡SOMOS LOS GUARDIANES DE LA GRAN MAZOVIA! ¡LUCHAMOS EN LA LUZ Y MORIMOS EN LA OSCURIDAD! ¡LUCHAMOS EN LA OSCURIDAD Y MORIMOS EN LA LUZ! ¡SERVIMOS DURANTE TODA NUESTRA VIDA Y, AUNQUE NUESTRO DESTINO DICTE QUE TENGAMOS LAS MUERTES MÁS HORRIBLES, ¡SEGUIREMOS SIRVIENDO INCLUSO EN LA MUERTE!
—Así que muere simplemente, horrible demonio —pronunció el general con una voz extremadamente fría antes de atravesar al demonio menor como si se tratase de una hoja de papel. Después de esto, se dio la vuelta y miró a sus hermanos, los más leales y fieles al gran reino de Mazovia-Zarokvia, y les dijo:
—Mis hermanos, sigamos marchando, nuestro destino nos espera tras los Cárpatos.
Luego de esto, el general y sus hombres siguieron marchando hacia su destino final...
Al mismo tiempo pero sin darse cuenta o ignorando a propósito, una figura en una ave brillo como un destello en el cielo mientras los seguía de cerca, la figura tenia a su lado una especie dispositivo extraño.
Pronto, el ejército de 40 mil hombres cruzó los Cárpatos montados en sus leales pegasos. Era una vista hermosa, increíble y, a la vez, estremecedora, ver cómo una caballería de 40 mil tropas cruzaba la gran cordillera. Dondequiera que pasaran, los aldeanos se paraban a verlos y, dondequiera que sus enemigos los veían, sus rostros se ensombrecían. El terror de los enemigos de Mazovia estaba en camino a su próximo campo de batalla.
Cuando el ejército se detuvo, estaba frente al ejército enemigo. Esta vez no había tiempo para tácticas de asalto ni para rodear a los enemigos como con el ejército del sultán Ahmet el Loco, que estaba sitiando la ciudad fortaleza de Viena del imperio Von Habsburgo, antes de que fuera una ciudad fortaleza.
Esta vez, frente a ellos, se podía ver un ejército interminable de 4 millones de integrantes, compuesto en su mayoría por razas del clan demoníaco, pero apoyado por integrantes del clan de los monstruos, el clan de las bestias y el clan de los no muertos. Aun así, el general Lukaz y su ejército no cambiaron de expresión ni tuvieron miedo. Al contrario, apenas sus pegasos descansaron en tierra lo suficiente, dijo lo siguiente:
—¡Mis hermanos, llegó la hora! Aunque nos superen 1 a 100, es hora de la carga. ¡Demostrémosles a estos míseros demonios por qué la gran Mazovia no podrá ser detenida y por qué el clan mortal nunca se rendirá frente a la opresión de las razas superiores! ¡Les demostraremos por qué nos llaman los ángeles de la muerte, con gloria y honor!
La caballería pronto comenzó la carga, una carga devastadora. Sus armaduras brillantes e imponentes y sus poderosas armas, llenas de inscripciones y poder abrumador, pronto comenzaron a reunir una gran cantidad de energía, suficiente para alterar un área muy amplia. Por donde pasaba la caballería, había muertos, cientos de muertos de las razas demoníacas. No importaba qué enemigo se interpusiera ante ellos, eran destruidos y atravesados por ellos o pisoteados hasta una muerte horrible.
…
La figura que los había estado siguiendo empezó hablar frente al dispositivo: “Con ustedes la agencia de noticias de la Unión, estamos en estos momentos viendo el campo de batalla de la Mancomunidad, los enemigos son innumerables, es una situación en extremo negativa, desafortunadamente las tropas de la Unión en este momento se encuentran combatiendo en tres sitios a la vez, El valle de la muerte en Dojra, El abismo de la selva negra de Heseinbach y las colinas de Drunnar y los pocas tropas de elite que les quedan tardaran en llegar unos cuantos meses desde la zona sur del continente, por lo que queremos recordarles a todos los residentes, evacuen se ha notificado la alerta negra de evacuación, si está escuchando esto debe de retirarse, ya que corre el riesgo de morir, recuerden los enemigos de las razas mortales no quieren ciudadanos ni siervos ni siquiera esclavos, quieren extermínanos.”
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…
Pero el ejército enemigo no se iba a quedar quieto. Apenas empezó la carga, el ejército enemigo se movilizó, los demonios entonando un gran cántico de guerra: “¡MUERTE, GUERRA, SANGRE Y HIERRO!” “¡TODOS LOS ENEMIGOS SERÁN APLASTADOS Y DESTROZADOS!” “¡MUERTE, GUERRA, SANGRE Y HIERRO!” “¡EL PALACIO DE ESPINAS DE HIERRO Y SANGRE TRAERÁ LA DEVASTACIÓN A LOS INSENSATOS!”
Legión tras legión de demonios marchaba, haciendo temblar el suelo, y poderosas ondas de energía emanaban mientras grandes demonios con lanzas, tridentes y alabardas se preparaban para interrumpir la carga enemiga. Pero los húsares alados celestiales ya sabían cómo tratar con la más grande debilidad de una caballería. Detuvieron su carga y empezaron a volar. Los demonios, preparados para esto, dispararon cientos de proyectiles, pensando con alegría que se habían salido con la suya.
Entonces una voz penetrante y sombría, que producía escalofríos, surgió desde detrás de los demonios:
—¿Así que esto es todo lo que pueden hacer los famosos húsares alados celestiales? Pensé que eran más grandiosos para ser llamados los ángeles de la muerte de Mazovia. Aunque debo admitirlo, su desempeño fue asombroso para ser míseros mortales. Una lástima que los mortales sean basura, y la basura siempre será basura sin importar lo que hagas para cambiarlo.
Revelando a un ser sentado en un gran trono de hierro rodeado de espinas y sangre.
Pero para desgracia de los demonios, subestimaban demasiado la inteligencia de las razas mortales. Pronto, desde varios de los caminos que venían de las montañas, cientos de miles de soldados mortales surgieron. Pero no solo mortales comunes estaban allí para ayudar. Las tropas lanzaron hechizos, habilidades y todo tipo de técnicas para proteger a los húsares que estaban en el cielo. Además, varios soldados tomaron posiciones con rifles de energía y cañones de energía. Inyectando su energía a los rifles y piedras de energía a los cañones, empezaron a disparar con todo, matando a varios demonios de una ráfaga. Después de esto, todos los proyectiles cayeron en picado sin impactar su objetivo y, al contrario, matando a sus propias tropas.
Los húsares alados aprovecharon para derribar varias tropas aéreas de los demonios. Cuando un demonio colosal que se encontraba volando intentó atacar a los húsares, una luz penetrante perforó al demonio como si nada. Un hombre que estaba montado en un águila gigante, portando una majestuosa armadura y un arma con un espíritu estremecedor, surgió diciendo:
—Me preguntaba qué clase de imbécil sería el idiota que trata de invadir mi gran reino, pero resulta que es el diablo gobernante del palacio de espinas de hierro y sangre. Pero no importa, nadie conseguirá invadir Mazovia mientras esté aquí.
En ese momento, tanto los húsares alados como los soldados y mortales de Mazovia miraban al cielo con ojos sorprendidos, especialmente el general Lukaz, que no pudo resistir gritar:
—¡MI SEÑOR PIOTR!, ¡QUÉ HACE AQUÍ!
Era el gran rey de Mazovia y gran duque de Zarokya, Piotr Lubienski, el águila blanca, destellando y emanando poder. Él había causado la derrota de las tropas de Ahmet el Loco, gobernante del imperio de las tres lunas, el protector y guardián de Mazovia y el que había defendido durante todos estos años a la gran Mazovia.
Entonces el gobernante del palacio de espinas de hierro y sangre dijo con una voz burlesca tan alta que todos en el campo de batalla lo escuchaban:
—Pfff, ¿así que el gran rey de Mazovia está aquí y trajo a su ejército con él? No cambia nada, la basura seguirá siendo basura sin importar cuánta basura juntes.
Luego continuó diciendo:
—Da la orden, deja que los jinetes de espinas de hierro sangrientas les muestren lo que es una caballería de verdad a estos mortales.
Pronto, alrededor de 10 mil jinetes demoníacos montados en seres pertenecientes al clan demoníaco surgieron. Los jinetes, todos equipados con armaduras negras con rojo, cubiertas de espinas y con ojos brillantes de color sangre, llevaban armas aterradoras. Todo su equipo brillaba por las inscripciones que contenían de un color rojo sangre, desatando un poder que igualaba al de los húsares fácilmente. Sus monturas eran bestias demoníacas de espinas de sangre y hierro, la montura más venerada del palacio, con una gruesa armadura natural que hasta los más poderosos cultivadores encontrarían difícil atravesar. Además, tenían espinas que sobresalían y emanaban sangre de sus anteriores presas, sangre que ahora era corrosiva y venenosa. No palidecían ante la poderosa línea de sangre de los Pegasus.
Con su llegada se desató una feroz batalla. Las bajas se contaban en cientos en todo momento; los húsares destrozaban a sus enemigos y sus enemigos causaban bajas en los húsares, cuyo número se redujo de 40 mil a 30 mil. El rey no se había quedado quieto y se enfrentó directamente al general de la caballería, quien, confiando en su propia fuerza, no intentó ponerlo todo en la colisión y pagó un precio demasiado caro: su propia vida. El rey Piotr lo atravesó de lado a lado, y ni siquiera su enorme cuerpo pudo soportar ese gran poder.
Con ello, el rey, que había luchado durante varias rondas y finalmente había matado a un poderoso enemigo, pudo tomar un respiro. Después rió:
—¡Hahahahahahahaha!
Y luego dijo con una cara seria:
—Está bien, está bien, gobernante del palacio de espinas de hierro y sangre, tienes razón, mi Mazovia ni yo somos rivales para tu palacio, pero aun así, me aseguraré de enseñarte que un mísero mortal como yo puede lastimarte y hacerte sangrar.
—¡MIS HÚSARES ALADOS CELESTIALES, YO, SU REY, EL DESCENDIENTE DEL DIOS DE LA LUZ BENEVOLENTE Y SU MAYOR CREYENTE, ¡LES ORDENO QUE ME ACOMPAÑEN EN LA ÚLTIMA CARGA COMO GUARDIÁN DE MAZOVIA Y LE DEMOSTREMOS A ESTE DIABLO POR QUÉ MAZOVIA NUNCA CEDERÁ ANTE LA PRESIÓN DE LAS RAZAS SUPERIORES! ¡LOS DETENDREMOS AQUÍ Y AHORA! —dijo el rey Piotr con una voz abrumadora mientras cargaba todo su poder y su brillo incrementaba cada vez de manera exponencial.
Los húsares alados respondieron al grito de su rey con una sola frase:
—¡POR EL REY PIOTR, LA GRAN MAZOVIA Y EL DIOS DE LA LUZ BENEVOLENTE!
Comenzaron a cargar en forma de flecha junto con su rey. Esta sería la última carga de los ángeles de la muerte de Mazovia; ellos lo sabían, pero no tenían miedo, sino tranquilidad y calma en sus últimos momentos.
La combinación de tropas y señor atravesaron finalmente a la caballería de élite enemiga y siguieron destruyendo las filas enemigas, acercándose cada vez más al núcleo. Con cada vez más bajas de la caballería, de los 30 mil que quedaban cuando inició la violenta carga, los números caían rápidamente a 20 mil. Pronto, cuando estaban cerca del trono, cayeron a 10 mil. Justo antes de entrar en el último trayecto, el rey envió un mensaje del alma a todas las otras tropas que estaban afuera y dijo:
—Mis honorables ciudadanos y mi glorioso ejército, retírense y activen el plan de emergencia, activen la gran barrera de Mazovia dejada por mis ancestros. Esta es la última orden de su rey.
Los soldados, que ya se habían hecho una idea de lo que sucedería cuando su rey apareció, soportaron la tristeza en sus corazones, comenzaron a retirarse y a llevar consigo a los ciudadanos mortales que habían venido a ayudar, los cuales, incapaces de soportar el pesar en sus corazones, empezaron a derramar lágrimas mientras se retiraban. Solo una persona se negaba a irse: una hermosa mujer de cabello rubio dorado montada en una gloriosa águila, protegida por varios caballeros en pegaso, se rehusaba a irse, diciendo:
—Pero mi padre, él va a morir. No puedo irme, tengo que ser testigo de la última hazaña de mi padre…
La líder de los caballeros dijo:
—Mi princesa, tenemos que marcharnos. Es una orden de su padre, y aunque lamento lo del señor, la gran Mazovia la necesita para restaurarla después de la caída de su padre.
La hermosa joven de cabello rubio, aunque quería quedarse y seguir siendo testaruda, sabía que era la última heredera del rey Piotr. No podía quedarse; sin ella, el reino colapsaría totalmente. Así que, a regañadientes, giró su espalda y se marchó con las tropas.
Los demonios, al ver esto, aprovecharon para causar bajas, pero no se dieron cuenta de que cuando las tropas habían llegado, habían estado estableciendo una gran formación con parte ya preparada de antemano con artefactos de alto nivel. Cuando el rey dio la orden de retirada, la formación estaba casi completa y las tropas que se retiraban estarían seguras. Esto pasó casi totalmente desapercibido para el bando de los demonios. Solo el diablo que gobernaba el palacio de espinas y sangre se percató de esto, pero cuando estaba a punto de dar la orden para evitar que se completara la formación, algo sorprendente ocurrió.
Los húsares alados habían despejado todo el camino a su señor, y el rey Piotr no solo había llegado al frente del trono, sino que había lanzado la carga más poderosa de toda su vida. Su lanza, sobrecargada y a punto de explotar en su mano, desataba un poder terrorífico, y él mismo se lanzó en el ataque suicida. Cuando el diablo quiso reaccionar, ya era demasiado tarde. Esa distracción de meros segundos hizo que fuera impactado, pero mientras el diablo pensaba que el impacto solo dejaría una herida superficial, la realidad era totalmente otra. La lanza atravesó su pecho y su corazón de lado a lado, desatando una aterradora energía dentro. Aun así, el diablo era un inmortal verdadero y el rey Piotr era un mero inmortal terrenal.
Esto era tan impactante que incluso los mismos demonios se detuvieron de perseguir a los que escapaban, permitiéndoles huir sin casi bajas, para voltearse y ver cómo su señor había sido herido.
El diablo, enojado y adolorido, pronto atravesó el pecho del rey Piotr, que agonizante se acercó al oído del diablo, poniendo sus últimas energías en su voz y dijo:
—¿Te lo dije, no? Que este mortal te haría sangrar, cough, ¡hahaha!
El diablo, que ya había sido suficientemente humillado, desató todo su poder por completo, destrozando el cuerpo del rey Piotr por completo.
Para cuando todo esto sucedió, todos los que venían de la mancomunidad de Mazovia-Zarokya vieron y escucharon todo finalmente. Con una mezcla de tristeza y orgullo, simplemente sonrieron con lágrimas en los ojos. Con ello, la gran barrera protectora del dios de la luz benevolente se activó: una gran barrera brillante de color blanco resplandeciente alcanzó el cielo y selló la entrada a la mancomunidad de Mazovia-Zarokya, protegiéndola de las legiones demoníacas que querían arrasarla.
Pero con ello, una nueva gran noticia se anunció a todo el mundo: el gran reino de Mazovia-Zarokya había colapsado ante la gran guerra contra el palacio de espinas de hierro y sangre. Los clanes mortales habían sufrido una vez más una derrota, y el reino que finalmente logró contener a los demonios había perdido más de la mitad de su territorio. La unión de los clanes mortales envió un mensaje de apoyo y trabajadores para ayudar a reparar el territorio restante y que esta nación, que con dificultad se había defendido, pudiera recuperarse. Pero la gente seguía inquieta en el continente del Corazón de la Miríada de Colores.
…
Con la retira, el corresponsal de la agencia de noticias de la Unión siguió a las tropas mientras informaba los resultados de los eventos más recientes: “Primero, el imperio de Habsburgo, con la caída del flanco sur ante la invasión de la secta de los Mil Venenos de la alianza de las Nagas y Lahmias del clan de los Monstruos. Segundo, la destrucción de la Liga de Campeones en la guerra contra el Emperador Bestia de las Selvas Sombrías. Y ahora, la derrota del gran reino de Mazovia-Zarokya contra el palacio de espinas de hierro y sangre. Esto nos hace recordar a todos nosotros, las personas del clan mortal no estará en paz jamás y que la existencia de la unión es ahora más necesaria que nunca para evitar la total destrucción de las razas mortales…”
…
Mientras tanto en un bar un Joven estaba bebiendo y comiendo mientras se emborracha mientras observa el proyector de imágenes del bar, en un momento hablo para si mismo en voz baja: “Otra más, que maldito destino tienen las razas mortales, que hacen los dioses que no hacen su trabajo, ¿es que acaso ya nadie le importa el balance en este universo?, tal vez fui demasiado bueno con ellos…”