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Capitulo 1, Despertar.

Despertar viendo tu reflejo no es realmente placido, y si debo decir la verdad, me asuste un poco... Intente moverme ligeramente y note que mis brazos estaban entumecidos. No... mis piernas también. Todo mi cuerpo la verdad.

Entre en pánico por unos instantes hasta que recordé lo que me había sucedido. Estaba terminal, y ya no había ningún tipo de solución, tanto así que mi doctora, Sonia, me recomendó pagar por la criogénesis. Algo que en parte era muy costoso, lo cual era de esperar de una nueva tecnología...

En fin, pague para volverme una paleta y pedí despertar bajo dos condiciones. Despertar cuando la medicina y los tratamientos existiesen para mi recuperación, o dentro de cien años, lo que viniese primero (Aunque fue la doctora que me dijo que dejara esta ultima como un "seguro"...).

Entonces este despertar puede solo significar buenas noticias... Me relaje, y exhale. ´Un paso a la vez...´ El tubo en el que me encontraba zumbo y extraños pitidos sonaron, similares a los que escuche durante mi criogénizacion. La escarcha sudaba, derritiéndose por las paredes. Y yo retomaba la sensación de mi cuerpo una vez mas, lentamente moviendo mis dedos para hacer que mi sangre fluyera.

Tras lo que parecieron unos minutos, el sonido de aire comprimido lleno mis oídos, el tubo finalmente despresurizándose. La puerta se hizo a un lado y pude ver mi entorno.

La habitación parecía una sala de cuidados intensivos, veía y escuchaba maquinas haciendo toda clase de pequeños zumbidos y sonidos. Había un suelo estéril y brillante de un color anaranjado, al contrario que las paredes, que eran todas blancas. A mi izquierda pude ver la pantalla mas grande que había visto nunca, la cual mostraba el horizonte espacial, podía distinguir a Marte y Venus.... creo.

Alrededor, bordeando las paredes podía ver distintas superficies que parecían ser parte de la misma pared, fluían de manera orgánica y se veían bastante fuertes. Nada similar a lo que había visto yo antes de ser criogénizado. Encima de las mesas habían unas cuantas plantas en macetas, unos libros y varios display que, supongo, mostraban mi estado actual.

A mi derecha, podía ver una puerta corrediza de laboratorio, mas maquinas y una estantería completa, llena de libros. La luz de la habitación era cálida, pero podía intuir que el cuarto estaba muy limpio... Bueno, estaba...

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Al volver a mis sentidos, me di cuenta de que estaba de pie, afuera de mi tubo. Condensación, y liquido criogénico sudaba por mi cuerpo, creando un pequeño charco de agua en mis pies... ´Creo que tendré que disculparme por esto...´ pensé.

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Logre encontrar unas toallas al lado de mi tubo, las cuales, por algún motivo, no las había visto en mi anterior escaneo de la habitación. Me seque, y me senté en un taburete que había justo al frente de la puerta de salida, la posición daba a imaginarme que el paciente se sienta en este lado, mientras que el doctor se sienta del otro lado de la mesa, casi como una entrevista.

´Cuanto tiempo habrá pasado... ¿Y si me quede durante los cien años ahí dentro? ... ¿Mis... hijos?´ Exhale. No tenia sentido pensar en lo peor cuando todavía no me habían dicho nada... Decidí esperar.

Transcurrieron lo que supuse fueron cuatro minutos antes de que una ampolleta, la cual no existía mientras revisaba la sala, se iluminase verde arriba de la puerta, un leve acorde de piano sonó, y la puerta se abrió hacia el interior de la pared.

Una mujer, aparentemente en sus cincuenta, entro a la habitación. Su cabello era castaño, la cual la traía en una coleta. Sus ojos verdes se veían mas grandes gracias a unos anteojos delgados de color negro que tenia. Su bata de laboratorio me dio a entender que ella era una doctora. Su piel no portaba ninguna imperfección. Fácilmente pudo haber sido una modelo en mi tiempo, quizás en este, sea cual sea el año, la gente común se ve mucho mejor que antes...

"Señor Syron Pharras. Veo que salio usted solo del tanque." Hablo la doctora con una voz dulce, pero que desprendía madurez. "¿Se encuentra bien?, ¿Quizás nota algo fuera de lo normal?" Dijo de manera urgente, pero aun había un toque gentil.

"Ehm... Si, estoy bien. Al menos eso creo." Respondí. Mi voz no sonó como quería. El estar Dios sabe cuanto tiempo en un congelador habrá dejado mis cuerdas vocales un poco "ásperas". "Ah, lo siento por el piso, no me había dado cuenta cuando salí del... tanque. Estaba un poco extrañado por el cuarto. Se ve muy limpio." Dije después de toser, intentado calentar mis cuerdas.

"Veo que tu sistema motor se encuentra estable, al igual que tu balance. También veo que tu curiosidad sigue estable... Muy bien." Dijo mientras sacaba un dispositivo transparente de uno de los bolsillos de su bata, el cual brillaba azul cuando empezó a anotar algo en el.

"Ehm... Doctora--", "Doctora Veran Marr" Me interrumpió.

"Doctora Veran, ¿Cuanto tiempo pase congelado?" Concluí mi anterior oración anterior. La doctora movió un poco sus manos, y vi su peso ligeramente fluctuar. Mi sangre se volvió fría.

"Señor Syron. Usted estuvo bajo contención criogénica durante 300 años debido a varias circunstancias." Dijo de manera calmada y casi monótona.

"...¿Como?"

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